Rubén Aguilar Valenzuela 


La aprobación al tercer año de gobierno de los seis últimos presidentes es la siguiente: López Obrador 58 %; Peña Nieto 36 %; Calderón Hinojosa 62 %; Fox Quesada 60%; Zedillo Ponce de León 61 % y Salinas de Gortari 81 %, de acuerdo a Consulta Mitofsky.

La diferencia al alza la marca Salinas de Gortari y a la baja Peña Nieto y los otros cuatro presidentes prácticamente tienen el mismo porcentaje. La variación es de sólo tres puntos porcentuales.

En los primeros tres años de gobierno López Obrador no ha tenido mayores niveles de aprobación que sus antecesores salvo en el caso de Peña Nieto.

Lo que sí ha sucedido es una caída de 20 puntos porcentuales desde el arranque de su gestión, cuando contaba con 80 % de aprobación, a 58 % al fin del tercer año.

Las condiciones del país y las circunstancias mundiales y nacionales a las que se han enfrentado los presidentes han sido muy distintas y también lo ha sido la irrupción de las tecnologías de la información.

A pesar de esa realidad los porcentajes de aprobación de los presidentes son un indicador que permite evaluar, en alguna medida, al personaje en sí mismo y también en comparación con sus pares.

Las encuestas muestran que prácticamente en todos los rubros la gestión de López Obrador está reprobada. Y la pregunta que surge es ¿por qué a pesar de eso sigue teniendo razonables niveles de aprobación?

En las mismas encuestas se ve que el presidente está bien evaluado a nivel de su persona. Una primera gran conclusión es que un sector importante de la ciudadanía no lo valora por los resultados de su gobierno sino por lo que ven en él.

Lo consideran incluso incapaz, pero siguen pensando que es un hombre que tiene buenas intenciones y que quiere cambiar al país para el bien de los más pobres. Su persona continúa despertando esperanzas y confianza.

Es probable que siga creciendo la percepción negativa de su gobierno. Surgen dos preguntas: ¿En algún momento los resultados de su gestión van a influir en la valoración de su persona? ¿Los resultados de su gestión nunca van a influir en la valoración de su persona?

Son preguntas que se van a resolver en el día a día del segundo tramo de su gobierno. Las respuestas pueden parecer evidentes, pero no lo son. Hay todavía un largo camino que recorrer y son muchos los imponderables a los que se van a enfrentar el presidente y la ciudadanía.