Rubén Aguilar Valenzuela 
La protesta en más de 30 ciudades de Cuba, el pasado 11 de julio, en las que también participaron miembros del Partido Comunista, es una reacción a las "capas de inconformidad" que se han ido acumulando en los últimos meses en la sociedad cubana.

Eso me responde desde La Habana un observador y estudioso de lo que ocurre en la Isla a mi pregunta sobre qué explica las manifestaciones. Su visión sobre Cuba me merece atención y respeto.

En su opinión estos meses se han ido acumulando, una tras otra, las inconformidades que no han sido resueltas. Una se sobrepone a la otra. Apagones, carencias de productos básicos y la pandemia, entre otras.

Y me dice también que a las autoridades les tomó por sorpresa y se pregunta ¿cómo no vieron venir esto?. Piensa se puede deber a una excesiva confianza y desapego de las bases. No fueron capaces de captar el latente descontento social ante demandas no satisfechas.

Su versión, coincido con él, es ajena a la posición oficial de que lo sucedido es efecto directo de la acción del gobierno de Estados Unidos y consecuencia del bloqueo económico.

El gobierno cubano nunca ha sido capaz de reconocer sus errores y fallas estructurales del sistema político y económico que es la verdadera causa de la permanente crisis de ese país.

Desde hace décadas, los partidos comunistas de China y Vietnam reconocieron sus errores en materia económica e hicieron cambios históricos, que dinamizaron su estancado aparato productivo, que les ha permitido reducir la pobreza y ampliar las clases medias. Aunque ciertamente no han hecho concesiones políticas.

Las protestas fueron controladas con rapidez, pero hay muchas interrogantes. ¿Son expresión de nuevos niveles de descontento y conciencia de la sociedad cubana o es un hecho aislado sin mayores consecuencias?

¿El gobierno será capaz de entender lo que ocurre en la nueva sociedad cubana y actuar en consecuencia? ¿Harán solo uso de la fuerza para reprimir con el propósito de que todo siga igual?

La consigna de los manifestantes fue Patria y Vida. Estas dos palabras dan idea de lo que demandan y quieren los manifestantes. No se rebelan contra el gobierno, pero sí en contra de lo que ahora es su patria y su vida. Así ya no las aceptan.