Rubén Aguilar Valenzuela
El rostro más visible de la mentira de este gobierno, después del presidente, es el del subsecretario de Salud Hugo López-Gatell Ramírez. Por un año y cuatro meses todos los días dio una conferencia de prensa sobre la pandemia.
 
La última el viernes 11 de junio de 2021 que pone fin a uno de los ejercicios de comunicación pública más inmorales de la historia de México y tal vez del mundo. El propósito único de la conferencia era engañar a la sociedad mexicana.
 
Médico de profesión con especialidad en epidemiología dejó atrás el rigor de su profesión, para convertirse en el político mentiroso que tenía a su cargo esconder los verdaderos efectos de la pandemia del Covid-19 en el país.
 
En los primeros meses, por instrucciones del presidente, no era lo que le indicaba su profesión. Minimizó los efectos de la pandemia y sostuvo que no era necesario utilizar el cubrebocas. Aplaudió que el presidente dijera que había que abrazarse y seguir saliendo a la calle.
 
¿Cuántos muertos se pudieron haber evitado si se hubieran tomado de inmediato las medidas que recomendaban los organismos internacionales? Los especialistas dicen que pudieron ser decenas de miles.
 
López-Gatell como vocero de la desastrosa política del gobierno para enfrentar la pandemia descalificó a los expertos nacionales e internacionales en la materia y también los señalamientos de la academia y los organismos de carácter mundial.
 
Todos los días, por 14 meses, de manera consciente y sistemática mintió, para eso estaba, y dio números falsos sobre las personas contagiadas y fallecidas por el Covid-19. Dar otros datos lo hacía en seguimiento de la instrucción presidencial.
 
En su última conferencia ofreció el número oficial, el de la mentira, de personas fallecidas que dijo eran 229,821. Con los propios datos de la Secretaría de Salud se puede decir que fueron 473,581 que, como debe ser, incluye la cantidad de muertes excedentes.
 
Instituciones académicas como el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud, que depende de la Universidad de Washington, calcula que para el pasado nueve de junio en México eran 536,965 las personas muertas por Covid-19.
 
A la mentira compulsiva de López-Gatell hay que añadir su frivolidad y enfermizo protagonismo. Cuando en México se haga la verdadera historia de la pandemia del Covid-19 el subsecretario de Salud y el presidente López Obrador habrán de aparecer como lo que han sido: responsables del manejo desastroso de la pandemia, responsables de miles de muertes que se pudieron evitar, responsables de la mentira y del engaño a la sociedad mexicana, responsables de la traición a México.