Rubén Aguilar Valenzuela

El próximo domingo 6 de junio 90 millones de mexicanos tendrán la posibilidad de ejercer su derecho de votar por 22,000 cargos de elección popular.

 

La disputa central y la que tiene mayor significado, sin menospreciar a ninguna otra, es la que se da por la integración de la Cámara de Diputados. Hoy la mayoría calificada la tiene Morena.

 

Con esa composición, el presidente, quien es el verdadero coordinador de la bancada de ese partido, ha hecho pasar, sin cambiar una coma, todas las leyes que ha querido.

 

En esta Legislatura las y los diputados de Morena, como en los peores años del presidencialismo autoritario, solo han votado lo que se les ordena desde Palacio Nacional.

 

Han sacado adelante las leyes que quiere el presidente, para acrecentar su poder y llevar a cabo su proyecto de restauración del viejo régimen centralista y autoritario.

 

El país requiere de la autonomía y el equilibro de los poderes. La pluralidad se debe hacer presente en la Cámara de Diputados y al presidente se le debe arrebatar su control.

 

En las actuales circunstancias solo hay dos posibilidades: avalar el proyecto de restauración del centralismo autoritario o votar para detenerlo.

 

Para eso hay que sufragar por los candidatos de la oposición. No hacerlo implica que siga la lamentable pérdida de conquistas históricas de la frágil e imperfecta democracia mexicana.

 

Están también en juego 15 gubernaturas. El presidente pretende hacerse del control de los estados. En su visión centralista los gobernadores deben estar sujetos a los designios presidenciales. Es un enemigo del federalismo.

 

Para detener la restauración de la República central, aunque formalmente federal, que se ha propuesto el presidente, hay también que votar por los candidatos a las gubernaturas que sean de oposición.

 

Es ahora la manera de defender el federalismo. Se requieren gobernadores que no se dejen avasallar por el presidente, para convertirse en un empleado más del gobierno central.

 

Relacionado directamente con el federalismo están las 1,940 presidencias municipales y las 1,035 diputaciones locales en juego. Si las ganan candidatos de Morena serán fieles al centralismo presidencial.

 

Es por eso importante que se vote por candidatos de la oposición que defiendan su autonomía y no sean sumisos a un posible gobernador de Morena o al presidente.

 

En la elección del próximo 6 de junio no solo están en juego 22,000 cargos de elección popular sino también, es lo más importante, dos proyectos de Nación.

 

El centralista autoritario que promueve el presidente y el de seguir la construcción y consolidación del sistema democrático. Esto sin ignorar las historias lamentables de los partidos de la oposición.