Rubén Aguilar Valenzuela
En los últimos tres meses en Sonora, donde nací, he participado en la campaña a gobernador de mi amigo Ernesto Gándara registrado como candidato de Va por Sonora, bajo la fórmula de una Candidatura común.

Parte de la agenda en todos los lugares que visita es una reunión conjunta de las estructuras del PRI, PAN y PRD propias del lugar.

El PRI es la estructura más fuerte seguida del PAN. La parte menor es el PRD.

Me sorprende la armonía y fluidez de la relación entre los cuadros y militantes de estos partidos. Hay claridad de por qué se propone y en torno a quién se hace la alianza.

Un encuentro que me resultó particularmente interesante, es un ejemplo muy acabado, fue el que se celebró el pasado miércoles 12 de mayo en San Luis Río Colorado, en la frontera con Arizona.

En un espacio al aire libre, donde todas y todos usaban tapabocas, participaron 100 personas, dirigentes y líderes locales del PRI, PAN y PRD. Les comparto mis notas de esa reunión.

Los seis dirigentes partidistas que hablaron, algunos ex alcaldes y síndicos municipales, coincidieron en plantear:

El país vive una situación de peligro. Está en juego la democracia, la división de poderes, la restitución del autoritarismo y hay un embate contra del federalismo, para restituir el centralismo.

La situación demanda unirse a los que se oponen al retroceso de la democracia y al proyecto de restauración del viejo régimen centralista y autoritario, que se propone el presidente López Obrador.

Lo que ahora se vive exige que, por el interés del país, queden atrás las rivalidades partidistas y el PRI, el PAN y el PRD trabajen juntos. Una situación excepcional exige respuestas excepcionales.

Coinciden en que se han suprimido programas sociales fundamentales para la población como el seguro popular, las estancias infantiles, las casas de acogida para mujeres y que es un desastre la carencia de medicinas.

Plantean que el actual gobierno federal ha eliminado apoyos fundamentales al campo, a la ganadería, y otras actividades económicas que golpean la producción y la generación de empleos. Es urgente restituirlas.

Y también que se han cortado partidas federales a los estados y municipios, que afectan la acción de los gobiernos locales, para fortalecer el centralismo. Es muy grave la supresión del fondo minero y sobre todo los recortes a la seguridad.

De esta y otras reuniones a las que he asistido derivo, por los menos en el caso de Sonora, que la fortaleza de la alianza es que comparten el diagnóstico sobre la acción del presidente y su gobierno y coinciden en la necesidad de continuar con el proceso de democratización, que asumen se ha suspendido.