Rubén Aguilar Valenzuela 
El sacerdote y poeta Ernesto Cardenal (1925-2020) calificaba a la familia de Daniel Ortega, el presidente de Nicaragua, y de su esposa Rosario Murillo, la vicepresidenta, junto con ocho de sus hijos, como una familia imperial.

La última vez que lo vi en su casa de Managua me enseñó las esculturas que estaba haciendo y me dijo que el gobierno de Ortega y Murillo se parecía, cada vez más, al del dictador Anastasio Somoza.

Me platicó también de los niveles de corrupción de la familia imperial. Un artículo de Wilfredo Miranda y de Lorena Arroyo (El País, 10.04.21) me recuerdan aquella conversación. Los autores documentan la corrupción de esta familia.

Ortega dio su apellido a los hijos de Murillo, al que tuvo en otro matrimonio y a los que tuvo con ella. De los diez que son ocho tienen cargos oficiales y administrativos claves en el gobierno de sus padres.

Tienen rango de asesores presidenciales, controlan el negocio de la distribución del petróleo que viene de Venezuela, dirigen la mayoría de los canales de televisión y compañías de publicidad que son beneficiadas con contratos estatales.

La excepción es la mayor de diez hermanos, Zoilamérica Ortega Murillo (1967), quien en 1998 denunció a su padrastro que, por años, cuando era menor de edad, fue abusada sexualmente por él.

Ella hizo pública la complicidad de su madre con Ortega y tras denunciarla por "persecución" desde 2013 se exilió en Costa Rica. Ha roto con su familia.

Y también no se incluye en ese grupo a Camilo Ortega Herrera, hijo del presidente y de Leticia Herrera. Nunca ha gozado de los privilegios que tienen los hermanos Ortega Murillo.

Rafael (1968), conocido como Payo, es hijo del mismo padre que su hermana mayor. Desde 2006, cuando Ortega volvió a la presidencia, para los negocios se convirtió en el brazo derecho de su padrastro. Ha estado a cargo de la compra de hoteles, fincas, ganado y de la distribución de petróleo venezolano.

En 2019, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo acusó de "administrador de dinero clave detrás de los esquemas ilícitos de la familia Ortega". No puede entrar a ese país.

En ese entonces, el secretario del Tesoro estadounidense dijo que "Rafael y las compañías que posee se usan para lavar dinero para apuntalar al régimen de Ortega a expensas del pueblo nicaragüense".

Es el único que no reside en El Carmen el conjunto donde vive la familia Ortega Murillo que tiene como núcleo central la casa que la revolución sandinista confiscó al banquero y ex vicepresidente Jaime Morales Carazo. Con el tiempo la han ampliado y ahora se extiende por varias cuadras.

Carlos Enrique (1977) es hijo de otra pareja de Murillo, adoptado por Ortega junto con Zoilamérica y Rafael. Daniel Edmundo (1980) es el primer hijo que tuvo la pareja imperial. Dirige el Canal 4 de televisión.

Por su parte Juan Carlos (1981), que es un rockero, está a cargo de Difuso Comunicaciones. Tiene una gran actividad en redes con consignas sandinistas e insultos al gobierno de los Estados Unidos.

Su hermano Laureano Facundo (1982) es cantante de ópera y mantiene el contacto entre presidencia y la oligarquía nicaragüense. Maurice (1985) dirige Canal 13, está a cargo de los despliegues audiovisuales en los actos públicos de sus padres.

Lo hace en colaboración con su hermana Camila (1987) que también es modelo y diseñadora. Dirige Nicaragua Diseña (semana de la moda). Ella es la sombra de su madre y la acompaña a todos los eventos públicos.

Luciana Catarina (1989) también colabora en el canal. Ella, que es la más pequeña de la familia, fue adoptada por la pareja imperial. Otro hijo de Murillo, de muy pequeño, murió en el trágico terremoto de 1972 que destruyó Managua.

Miranda y Arroyo afirman, lo dicen otros muchos que conocen el funcionamiento de la familia, que Murillo actúa como una matriarca que tiene el control total de sus hijos. Y que, en El Carmen, que algunos califican como el "paraíso", ejerce un poder absoluto.