Rubén Aguilar Valenzuela

Las elecciones del próximo seis de junio, que será la más grande en la historia del país, son locales. Están en juego más de 20,000 cargos de elección popular.

Entre ellos 1,923 presidencias municipales; 1,063 diputaciones locales (642 de mayoría relativa y 421 de representación proporcional; 500 diputaciones federales (300 de mayoría relativa y 200 de representación proporcional) y 15 gubernaturas.

En las elecciones para alcaldes de 2015 y 2018 se disputaron 3,507 ayuntamientos y en 2,363, el 67.3 %, hubo alternancia de partido frente a 1,144, el 32.6 %, donde permaneció la misma fuerza política.

De las 1,341 diputaciones locales que, estuvieron en juego en esas mismas elecciones, en 769, el 57.3 %, hubo alternancia frente a 572, el 42.6%, que siguió el partido que ya estaba.

Lo mismo sucedió con las diputaciones federales que fueron 600 de mayoría relativa en las elecciones de 2015 y 2018. En 343, el 57.1 %, hubo alternancia y en 257, el 42.8 %, continuó la fuerza que ya estaba.

En el caso de los 96 senadores de mayoría relativa, en la elección del 2018, hubo alternancia en 79 casos, el 82.2%, y en 17 casos, el 17.7 %, permaneció el mismo partido.

De las 36 gubernaturas que estuvieron en juego en las elecciones de 2015 y 2018 se dio alternancia en 23 de ellas, el 63.8 %, y quedó el partido que ya estaba en 13 casos, el 36.1 %.

En la presidencia de la República a partir del 2000, cuando por primera vez en 80 años perdió el PRI, ha habido alternancia de partido en las elecciones de 2000, 2012 y en la de 2018.  Es el 75 %.

A partir de que las elecciones estuvieron a cargo de un órgano electoral independiente del gobierno, las primeras en 2000, la alternancia en todos los niveles electorales ha sido superior a la continuidad.

De seguir la tendencia de los últimos 20 años en la elección de junio habría que esperar un alto índice de alternancia en las presidencias municipales, congresos locales, congreso federal y gubernaturas.