Rubén Aguilar Valenzuela 
La relación del director alemán Werner Herzog (1942) y el actor Klaus Kinski (1926-1990) fue intensa, conflictiva y también amistosa. Juntos filmaron cinco películas que hoy son parte de la historia del cine mundial.

En Mi enemigo íntimo (Alemania, 1999) Herzog da cuenta de esa relación que resultó muy productiva. La primera película en la que colaboraron fue Aguirre la ira de Dios (1972) donde Kinski interpreta al conquistador español Lope de Aguirre en búsqueda del mítico Dorado.
 
El actor en el rodaje de esta película se peleaba con los otros actores y contradecía la instrucción de Herzog. En una ocasión disparó con un rifle a los extras porque no lo dejaban dormir y en varias ocasiones amenazó con renunciar.

Se iniciaba así una relación de trabajo que duró 15 años y que siempre, en cada película, que resultaba una obra maestra de dirección y actuación, se repetían los exabruptos de Kinski, su agresión a los actores, a los técnicos, a los extras y amenazaba a Herzog con dejar la filmación.

Luego vino Woyzcek (1978) (Kinski) que es un soldado de mediados del siglo XIX en Alemania. Se hace de dinero extra para su familia al realizar trabajos serviles para el capitán y al aceptar participar en experimentos médicos realizados por un doctor. La tensión lo lleva al borde del colapso mental.

Le siguió Nosferatu, el vampiro de la noche (1979). El conde Drácula es Kinski. Herzog crea su propia versión del personaje y es también un homenaje al director alemán Friederich  Whilhem Murnau (1888-1931), que hizo un Nosferatu en 1922, todavía en el cine mudo, que para el director es "la  mejor de todas las películas alemanas".

En la cuarta película Fitcarraldo (1982) un empresario irlandés (Kinski) quiere construir en Iquitos un teatro, para que ahí, en medio de la selva amazónica, un día venga a cantar opera su ídolo Enrico Caruso. Un megalómano interpretado por otro megalómano.

Los extras de la película, una comunidad indígena, ofrecieron Herzog matar a Kinski, hartos ya de su actitud y de sus desplantes. Cuando Kinski amenazó con abandonar el set  Herzog le devolvió la amenaza diciendo que si lo hacía le dispararía con una escopeta.

La última película que rodaron juntos fue Cobra Verde (1987) donde Francisco Manoel da Silva (Kinski) es un ranchero brasileño que se ve obligado a trabajar en una compañía minera después de que la sequía arruina su rancho. Cuando descubre que la empresa lo explota mata a su jefe. Huye y se convierte en Cobra Verde, el bandido más cruel del sertão en Brasil.

En la filmación se repitió la historia de conflicto de las otras películas, pero en esta ocasión llegaron a la agresión física. Había que ponerle un alto.

En ese tiempo Kinski estaba metido en el proyecto de dirigir y protagonizar Paganini, el violinista italiano con el que se sentía identificado. El resultado es una película demencial donde su esposa y su hijo formaron parte del reparto.

Herzog afirma que llegaron a la amenaza de muerte en varias ocasiones pero que, sin embargo, "nos respetábamos, incluso cuando queríamos matarnos". El director y el actor se conocieron en su juventud, aunque había una diferencia de 15 años. Incluso llegaron a vivir en un mismo lugar.

El documental registra la muy compleja personalidad de Kinski y la relación de trabajo, pero también personal, entre director y actor. Deja ver la fascinación que existía entre los dos. Uno admiraba al actor y el otro al director.

Herzog documenta como Kinski se entregaba siempre, hasta las últimas consecuencias, al papel que interpreta. Incluso al borde de la locura. Al tiempo que imprimía toda la fuerza al personaje al mismo momento, producto de la tensión, agredía a todos los que estaban en su entorno.

Hay diversas versiones sobre la personalidad y la locura de Kinski. El propio Herzog ha dicho que "él está loco, yo estoy loco y esta es una perfecta combinación de locura".

Las cinco películas que hicieron juntos son obras de arte de una enorme belleza e intensidad.

El documental, narrado por el propio Herzog, se hizo ocho años después de la muerte de Kinski. Es, así lo vi, la reconstrucción de una tormentosa relación al tiempo del reconocimiento mutuo, pero sobre todo un homenaje del director al actor.

En la construcción de la película se utilizan muchas escenas inéditas que registran la filmación de la filmación y los conflictos entre ambos personajes. La narrativa es ágil y siempre interesante. Hay escenas extraordinarias.

La historia de Kinski es muy controvertida llena de contradicciones y problemas entre ellos está la denuncia de una de sus hijas que dice haber sido abusada sexualmente por su padre entre los cinco y los 19 años.

Mi enemigo íntimo
Título original:  Mein Liebster Feind
Producción: Alemania, 1999

Dirección:  Werner Herzog
Guion: Werner Herzog
Fotografía: Peter Zeitlinger
Música: Popol Vuh
Narrador: Werner Herzog
Actuación: Klaus Kinski, Werner Herzog, Claudia Cardinales  y equipo de filmación