Rubén Aguilar Valenzuela 
En la guerra de los videos, desatada por el presidente, el control de daños de quienes se sintieron afectados por el video que presentó en su comparecencia mañanera del 18 de agosto fue responder, al día siguiente, con otros videos.

Aparece Pío López Obrador, hermano del presidente, que en dos ocasiones recibe dinero de David León, un asesor del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco. Los hechos ocurren en 2015 y quien entrega los recursos pide que se entere el ahora presidente.

La evidencia es contundente y no hay manera de negarla. El presidente ante los hechos de inmediato construye una narrativa explicativa, para controlar el daño que afecta a su gobierno y a él en lo particular.

Le pega en el eje central de su propuesta de gobierno y en el discurso que ha sostenido por casi 20 años; la lucha contra la corrupción sobre la base de que él y los suyos no son corruptos. El video muestra lo contrario.

De cara a la sociedad, pero sobre todo a los suyos, en la mañanera del día siguiente afirma que el dinero que se entrega a su hermano es producto de la "recolección" realizada por León de donativos del pueblo. El argumento no se sostiene.

Pero a partir de ahí empieza a construir el discurso que ponen al pueblo en el centro de la narrativa. Es el pueblo bueno que con sus sacrificios, quitándose el pan de la boca, realiza aportaciones, para apoyarlo a él y a su partido.

En versión del presidente esos "donativos" del pueblo se utilizaron, para la buena causa de la compra de gasolina y el apoyo al movimiento; para la realización de asambleas y la renta del sonido.   
La gente cooperaba, ayudaba y aportaba recursos "incluso los más humildes", para ese tipo de actividades partidarias. Y añade que "nosotros hemos venido luchando durante muchos años y nos ha financiado el pueblo".

Se compara con Francisco I Madero y dice que la Revolución Mexicana se hizo con el apoyo del pueblo y que su movimiento también se ha sostenido con el apoyo del pueblo.

Quien se atreva a criticar la entrega de recursos ilegales como los que se ven en el video se convierte en un agresor del pueblo bueno y sacrificado. Y por eso mismo en su enemigo.

El presidente en la narrativa épica que pretende construir como parte del control de daños intenta llevar el asunto al espacio de su zona de confort; el discurso entre buenos y malos.

Si se acepta que el hermano del presidente recibe una "donación", para el caso del gobernador Velasco de Chiapas, se convierte en un acto ilegal. Para el 2015 Morena ya era un partido político registrado y recibía recursos públicos.

La ley señala que cualquier dinero que se entrega a un partido político debe ser declarado a las autoridades electorales y si no se hace, no importa el monto y el origen, constituye un delito electoral.

Habrá que ver si la narrativa del discurso de control de daños, con base al pueblo sacrificado que dona sus propios recursos para financiar a Morena, tiene el impacto esperado por el presidente.

Por lo pronto las encuestas señalan que el video si ha tenido un costo para la imagen del presidente que ve caer de manera marginal sus positivos.

Ya el PAN y el PRD han presentado ante las autoridades electorales una denuncia para que sea investigada esa y otras "donaciones" no declaradas por Morena. En la ética del presidente el fin justifica los medios.