Rubén Aguilar Valenzuela
Desde hace años soy suscriptor de Reforma y como tal todos los viernes me llega el suplemento semanal Club/Red Carpet: una revista de sociales o de nota rosa con decenas de páginas a todo color.

Nunca lo he leído y siempre la pongo con los papeles que mes a mes viene a recoger a mi casa una organización sin fines de lucro que se ayuda con la venta de papel periódico.

Solo a la vista, el suplemento siempre me ha molestado y parecido aberrante en sí mismo, pero todavía más en un país con los niveles de injusticia y desigualdad social como el nuestro.

 

Ilustración: Estelí Meza


Ahora, en los tiempos de la pandemia, con ya casi 300 000 casos positivos y más de 32 000 muertos, con dos millones de empleo formales perdidos y 12 millones más de pobres, no pude ignorar una de sus portadas que veía en la tragedia una oportunidad para ponerse físicamente en forma. Así me decidí ver la revista con más cuidado. Les comparto mi revisión de cuatro números.

El suplemento se publica desde hace 23 años. El número 1204, del viernes 12 de junio, tiene de portada a Bárbara Coppel y lleva por título: En plenitud. El pie de foto: "Desde Sevilla, su nuevo hogar, Bárbara Coppel aprovecha la cuarentena para recuperar su figura tras tres embarazos y describe cómo es su día a día".

¿Qué importancia tiene esta información? ¿Con qué sensibilidad y ética editorial se defiende que este contenido se publique en un medio periodístico serio y en este momento? La portada es ofensiva en cualquier caso, pero todavía más en una situación como la que ahora se vive en el país. Es un grado superior de frivolidad. Es una agresión a millones de mexicanos que sufren por sus condiciones de pobreza agravadas por la pandemia.

En el interior de las 48 páginas que tiene este suplemento, entre 17 páginas de anuncios, se intercalan eventos privados que deberían mantenerse en la intimidad y el reportaje sobre dos organizaciones de la sociedad civil: una dedicada al cuidado de animales y la otra a prevenir la violencia doméstica. Hay también una presentación sintética de siete organizaciones sin fines de lucro que se han dedicado a ofrecer apoyo durante la pandemia.

El número aborda el trabajo de organizaciones de la sociedad civil de la misma manera que la nota rosa. Así trivializa y minimiza la acción de estas organizaciones que pasa a ser una nota más de sociales. Gente nice que hace un trabajo por los demás. Se ven bien. Es cool.

El número 1205, del viernes 19 de junio, trae en portada a Michel Salas en bikini. El título es ¡Fabulosos 31! y el pié de foto: "La hija de Luis Miguel festeja su cumpleaños en Miami, rodeada de mucho amor y una nueva manera de ver la vida".  Eso mientras en el mundo se siguen sumando las fatalidades y en el país entramos en la peor recta de la crisis.

¿A quién importa que esta mujer joven tenga ahora una nueva manera de ver la vida? La portada es una muestra de una gran inconsciencia e insensibilidad social. En el interior de las 64 páginas que tiene este suplemento, entre las 22 páginas de anuncios, se intercalan eventos sociales que exponen a niños.

El número 1206, del viernes 26 de junio, trae en portada a una mujer joven en bikini. Es título es Vitamin Sea yel pie de foto: "La postal veraniega favorita de Ale Infante y su mascota Dalí Ignacio". Una vez más una muestra en sí misma de frivolidad y de vivir fuera de la realidad en un país como el nuestro.

En el interior de las 40 páginas de este número, entre las 12 páginas de anuncios, se intercalan eventos privados que exponen a niños (nacimientos y cumpleaños) y también en fotos de 14 familias celebrando el día del padre. Hay también una serie de fotografías de 12 jóvenes mujeres en la playa con bikini. Y hay un tributo de cuatro páginas con 17 fotografías a Pilar Fernández de González.

El número 1207, del viernes 3 de julio, trae de portada a una joven preparatoriana con su birrete de graduación y cubrebocas. El título es Class of 2020 y el pié de foto: "La estudiante del Instituto Irlandés de México, Paola Saro, se despide de las aulas en emotiva convivencia y guardando sana distancia". ¿Por qué exponer a ella y a sus compañeras?

Al interior de las 88 páginas del suplemento, entre las 30 páginas de anuncios, se intercalan eventos privados, que se hacen públicos. Hay notas de mujeres que esperan hijos, de bodas, de cumpleaños y de gente que pasa días en la playa. Mientras sigue el número de contagios y muertes por el covid-19. La nota de la graduación que se anuncia en la portada tiene ocho páginas y 25 fotografías.

El número de páginas de los suplementos varía. El contenido son fotos con solo un pequeño texto. El propósito es verse y ser vistos. Es un acto exhibicionista. No sé si las personas paguen por aparecer. No sé cuál es la motivación de quienes deciden publicitar eventos de la vida privada e incluso íntima. No sé por qué exponen a sus hijos menores de edad. No sé por qué se arriesgan al mostrarse. No sé cuánto representan los anuncios en los ingresos del periódico. No sé tampoco cual es la concepción y lo qué anima a Reforma, para cada viernes publicar un suplemento como éste.

Lo que derivo de mi revisión de estos cuatro números es que son profundamente clasistas. Que son una bofetada a los millones de mexicanos de las clases medias y los que viven en la pobreza, que nunca tendrán acceso al nivel y tipo de vida que se expone en cada número, que subraya la abismal desigualdad social que existe en el país. El contenido de la revista, que se construye como modelo de aspiración, es ofensivo no sólo porque la gran mayoría de la población no vive así, sino porque presentarlo como algo para imitarse en un mundo que está en crisis por los excesos es inmoral. La pandemia obliga a repensar muchas cosas. Reforma debe considerar continuar con esta publicación.