Rubén Aguilar Valenzuela  

 
La novela de Enrique Serna, El vendedor de silencio (Alfaguara, 2019), que se inspira en la vida del periodista Carlos Denegri (1910-1970) tiene muchas lecturas y una de ellas, pienso la más interesante, es cuando se describe la relación que se establece entre la prensa y el poder.

Julio Scherer, el fundador de la Revista Proceso, después de haber sido expulsado por el presidente Luis Echeverría (1970-1976) del periódico Excélsior, alguna vez dijo que "Denegri fue el mejor periodista del siglo XX, pero también el más vil".
 
Denegri durante más de 30 años, precisamente desde las páginas de Excélsior, fue el periodista más poderoso de México y que en algún momento la Agencia AP lo nombró "uno de los diez periodistas más influyentes del mundo".

Serna, a partir de su investigación, construye un personaje complejo y verosímil en sus muy distintas facetas. En todas está el ser humano que aparece lleno de contradicciones. Es un hombre culto, cosmopolita, políglota y que como pocos conoce el oficio de periodista, y al mismo tiempo es corrupto, estafador, chantajista y mentiroso.

Denegri hizo del periodismo un negocio, Serna dice que "era sin duda El Rey Midas del Cuarto Poder. No había otro periodista más rico y poderoso. Fue el rey de una opinión pública prostituida. Ganaba más dinero por su silencio". En su época de mayor éxito cobraba grandes cantidades de dinero, por no publicar sus investigaciones sobre personajes de la política.

El éxito de Denegri como periodista comienza a partir de su cobertura de la Segunda Guerra Mundial. Desde Europa escribe crónicas en primera persona en las que se presenta como un corresponsal de guerra que sortea todos los peligros, para realizar su trabajo e informar a sus lectores. Esos reportajes tuvieron gran impacto entre periodistas y lectores.

Es la época en la que surgen periodistas como Scherer García, Carlos Septién García, Roberto Blanco Moheno, Ernesto Julio Teissier, Alfredo Kawage Ramia y Jacobo Zabludovsky. Unos resisten la compra del poder, pero otros no solo sucumben sino que hacen de ésta su forma de vida personal y profesional. Escriben por encargo del poder y cobraban sus trabajos.

Serna describe el régimen político, creado y gestionado por el PRI, y da cuenta del abuso del poder, de la manera en como los recursos públicos se hacen privados, de los políticos que quieren llegar a la cima de los cargos públicos no para servir sino para enriquecerse. La impunidad es la condición de que todos eso sea posible.

Denegri es la figura paradigmática de la relación entre la prensa y el poder. Fue un maestro del chantaje y del uso de sus relaciones e influencias con el sector político y también con los empresarios. A partir del sexenio de Miguel Alemán, hizo periodismo de sociales, para aprovecharse de que los nuevos ricos querían salir en los periódicos, para ostentar su riqueza.

En 1968, el ascenso de Scherer García a la dirección de Excélsior marca el declive de Denegri y de su manera de trabajar. Al cambio de la manera de hacer periodismo y de las transformaciones que ocurren en el país se une el proceso de degradación total del personaje preso del alcohol y ya con claros rasgos de locura.