En 2023, el escritor Javier Cercas (Ibahernando, España, 1962) recibió una llamada del Vaticano donde lo invitaban al viaje pastoral que el papa Francisco haría a Mongolia, donde solo hay 1500 católicos. Le pedían que de esa experiencia escribiera un libro como quisiera, que finalmente es El loco de Dios en el fin del mundo (Editorial Random House, México, 2025).
Cercas, que había sido educado como católico, respondió que era ateo y anticlerical. Eso no es ninguna objeción le contestó el Vaticano. El escritor se dijo así mismo que no podía perderse de esta oportunidad y aceptó la invitación. A quienes lo invitaron les hizo notar que su mayor interés del viaje estaba en poder preguntar al papa, cosa que le pedía su madre, si estaba seguro de la resurrección y que, entonces, cuando ella dejara de existir se iba a encontrar con su marido que ya había fallecido.
El texto es el testimonio del escritor, muy bien estructurado, que articula la novela, el reportaje, la entrevista, la investigación histórica y documental, que toma forma en una narración de escritura precisa y ágil, que lo hace un texto literario original y novedoso. En cada página están presentes las inquietudes, las impresiones y los puntos de vista del autor, pero también recoge e incorpora las preocupaciones y angustias de la sociedad actual.
A lo largo de la obra, el autor, a partir de su propia experiencia y reflexión, se introduce al tema de la importancia que tiene para los seres humanos la espiritualidad y la trascendencia, que no son un tema necesariamente de origen religioso sino se relacionan con una dimensión de la naturaleza propia del ser humano. Es un texto radicalmente personal y en esa medida también universal.
El autor, paso a paso, días antes de iniciar el viaje, da cuenta de sus encuentros en el Vaticano, con funcionarios de la Curia Romana, sacerdotes y laicos, registra las conversaciones y las impresiones que le causan las personas con las que se reúne y entrevista. Se percibe el esfuerzo de ser lo más objetivo que puede al tiempo que está presente su subjetividad. Deja constancia de lo que le llama la atención, de lo que está de acuerdo y en desacuerdo.
Desde un inicio, se pude ver, que del papa Francisco le impresiona su insistencia en la vocación misionera de la Iglesia, Mongolia es un claro ejemplo, y su claro y abierto anticlericalismo. Desde los primeros días, da cuenta del encuentro con personajes de la Iglesia, sacerdotes y laicos, que le resultan interesantes y que se salen de la imagen que él tenía de los funcionarios del Vaticano.
Ya en Mongolia, asiste a los actos oficiales del papa, pero sobre todo le resulta especialmente interesante el encuentro con las misioneras y misioneros, que tienen muy claro que no quieren convertir a nadie sino están ahí para servir a los otros, a los más necesitados. Le impresiona, se deja impactar, por algunas religiosas y sacerdotes, que pueden ser también calificados como "locos de Dios en el fin del mundo".
A las religiosas, religiosos y sacerdotes con los que se entrevista les pregunta si creen en la resurrección de los muertos, si asumen que esto es algo fundamental de la fe a la que invita el catolicismo y si es algo decisivo en sus vidas. Las respuestas son diversas y no necesariamente las que él imaginaba iba a tener.
De regreso a Roma, en el avión se entrevista con el papa, y le pregunta si cree en la resurrección y si le puede llevar su respuesta a su madre de que cuando muera con seguridad se va a encontrar con su marido. El papa Francisco le dice que le diga que así será, que él está convencido que eso es una realidad contundente e inobjetable.
El conjunto del texto, en un ir y venir, es un esfuerzo sistemático por conocer y tratar de entender quién es, qué piensa y cómo actúa el papa Francisco. Es un acercamiento profundo al tiempo que riguroso. Hay simpatía hacia el personaje, pero no se admiten concesiones. Del papa están presentes las luces, pero también las oscuridades. Sus buenos y malos momentos. Se muestra a un ser humano consciente de sus posibilidades y sus límites.
Cercas logra un libro que deja ver su honestidad intelectual, presenta lo que ha experimentado, abierto a ser impactado por lo que ha vivido, dejando atrás juicios previos. Es un testimonio que registra y analiza, a partir de su ética personal. Pienso que es por eso que el Vaticano lo invitó al viaje, sabían, no importaba lo que dijera, que lo haría alguien con una sólida ética.
Las páginas finales hablan de la muerte de la madre de Cercas, que pudo estar segura, el papa se lo mandaba decir, que en la otra vida, vería a su esposo. Cercas y su compañera van en el carro después de haber dejado las cenizas de su madre en un cementerio y haber comido juntos. De pronto entra una llamada, soy Francisco, le dice, me enteré de la muerte de tu madre. Ella ya está gozando de la otra vida. La llamada, más que cualquier discurso, habla de quien era el papa Francisco.