Héctor A. Gil Müller

La vida se construye, no podemos decir que la vida es solo la conclusión del tiempo, requiere siempre cierta intencionalidad. Por ello afirman que la vida exige un propósito, tener una respuesta a un porqué. Si así es en la mayor aventura del ser, su propia vida, en el resto de las cosas, hasta las menos importantes están arraigadas con un propósito, surgen con la intencionalidad de un propósito, quizá con mayor o menor intencionalidad, pero siempre hay un porqué.  

Si lo importante es el porqué de las cosas, e incluso esas preguntas toman mayor importancia que los cómo y los qué, cualquier opinión emitida debe empezar con la búsqueda constante de esos porqué, no tenemos el panorama completo si no entendemos esa oculta intención. El porqué responde a la intención y determina el potencial que una acción puede alcanzar, sin duda inspira e impacta y nos da combustible para cuando las cosas se ponen difíciles. La importancia de encontrar y recordarnos el por qué nos da tolerancia y emoción por su realización. Vemos de la vida acciones aisladas, hemos sentido los estragos de la fragmentación, el propio aislamiento nos hace desvincular los elementos, porque cuando se tiene exceso de información se sacrifica la atención, aprender a descubrir los porqué se vuelve ciencia vital.

En la política las acciones llevan siempre un porqué, una motivación que a veces puede ser oculta o disfrazada. Aunque hasta ahora del Presidente López Obrador la gente no pudiera estar de acuerdo en lo que hace, si están aceptando e incluso aplaudiendo el porqué lo hace. En eso convengo con cualquiera, que la corrupción es un lastre doloroso y evidente. El discurso es valioso, nadie quiere perderse en la corrupción y aunque todos queremos vivir en el paraíso de la legalidad parece que nadie tiene prisa por llegar a él.

En estos días se dibuja la versión definitiva del presupuesto de México tanto de ingresos como de egresos para el año 2021, y en él surgirán los porqué de muchas cosas. El gran aparato económico del Estado ha de movilizarse, sobre todo en un año que se antoja a todas luces difícil, en que la crisis sanitaria ha de dejar muchas inversiones pendientes y también los latigazos económicos dolerán. En el paquete económico se incluye la apertura de más de 29 mil nuevas plazas en el gobierno federal, en su mayoría en tres sectores, el IMSS, la Secretaría de Defensa y Marina. ¿cuál es el porqué de esos aumentos?, me parece que COVID19 ha mostrado una profunda desigualdad y serias carencias en el sector público de la salud, pero ¿la estrategia para lo económico se impulsará desde lo militar? en otras dependencias se recortarán 1,500 plazas.

Se sigue confiando en la economía popular, sea lo que esto signifique, y tiene lógica ante las profundas heridas causadas y que no han cerrado durante años, pero una buena empresa no solo es inteligente en sus decisiones sino también saludable en sus motivaciones y un país no es la excepción, sin corregir las dolencias actuaremos en consecuencia y con el dolor, que no es quebrantamiento, surge la venganza, como aquel que tras recibir el dardo envenenado en lugar de retirarlo y salvarse comienza a buscar quien se lo lanzó.

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.