Héctor A. Gil Müller

El principio del conocimiento científico, con su objetividad y su desarrollo se encierra en dos ejercicios complementarios e inseparables; apreciar lo similar y distinguir lo diferente. Alcanzar esas conclusiones es resultado de las comparaciones, gracias a la comparación podemos encontrar esos hallazgos de igualdad o bien de distingo. Y en la vida comparamos, lo bueno y lo malo y formamos juicios según que tanto se asemeje o distinga algo de otros.  

Clasificar es un arte, que implica suponer que conocemos la teoría de las cosas que hemos de clasificar, agrupar un conjunto exige que sepamos cuando y cuanto lo son cada elemento, así como cuando no lo es y por cuanto no lo es cada integrante. Clasificar es conocer.

En la política; que es el arte de enfocarse en los problemas, las políticas y la política, se busca compararse siempre, nos igualamos a las posturas que nos conviene igualarnos y nos distinguimos de aquello que así conviene también.

En todo conjunto de elementos clasificados, podemos ordenas por equivalencia, por ejemplo, en un conjunto de ciudadanos, podemos ubicarlos en coahuilenses, oaxaqueños, tabasqueños, etc, o podemos clasificar por orden, por ejemplo, entre 0 y 10 años, entre 11 y 20 años, etc.

Sin embargo, no todo es tan simple y objetivo en la realidad, si me permite el fraseo, ¿Qué comportamientos y qué cantidad debe hacerlos un ciudadano para merecer el apelativo de fifí?, así surgen las percepciones, que son elementos muy comunes para las clasificaciones. Y la percepción se nos confunde y nos confunde porque traduce la realidad. Las cosas entonces son como nosotros somos, y podemos ver en la mano amiga al enemigo, o en el enemigo la mano amiga.

Las actuales declaraciones del diputado y fundador de MORENA Porfirio Muñoz Ledo sobre su posición contradictoria a las facultades excesivas que el presidente está buscando, y está lleno de razón, lo que no es necesario es un exceso y buscar concentrar en el ejecutivo tareas de otro poder constituye un claro exceso. Que difícil situación es aquella en la que facilitar se entiende como disminuir. ¿Cómo clasificar este mensaje, de advertencia, de rechazo o de ataque?.

También en el tema de salud existen clasificaciones. De alguna manera el territorio federal, en términos de la contingencia sanitaria se divide solamente entre estados, estos comparativos se convierten en una herramienta política interesante, ya no se trata de instituciones federales, sino de estados que hacen o no su trabajo de combate.

La crisis sanitaria ante un fracaso, ¿será a nivel nacional o será estatal? ¿Cómo se contabilizará el éxito o el fracaso?, que interesantes preguntas surgen.

En mucho se ha reiterado que estamos mejor que la forma con la cual se combatió la influenza H1N1 en aquel tiempo, aunque tenemos una tasa de mortalidad muy elevada comparada con otros países, tenemos una ocupación hospitalaria muy controlada. ¿Pero esto se logra a nivel federal o a nivel estatal?, ¿cómo se clasifican los contagios al personal de salud, según la institución o también por entidad federativa?.

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.