Hector A. Gil Müller
Los límites existen para algo, ellos traen seguridad y velocidad cuando son claros, porque en su interior se puede estar confiado. Los límites no tienen nada que ver con la zona de confort. Esa zona puede estar muy adentro de los límites o incluso, lamentable, afuera de ellos. Sirven para evitar que lo que esta afuera entre y para que lo que esta adentro no salga, se vuelve una protección que no solo trae comodidad sino tambien seguridad. Los límites puestos por la sabiduría son un tributo para la sabiduría, aquellos puestos por el odio reflejan esa emoción. Pero los juzgamos iguales a todos los límites.
Todo tiene un límite, recuerdo una historia en la que un hombre dictaba el siguiente acertijo: ¿Qué es más bueno que Dios, más malo que el diablo, los ricos lo desean, los pobres lo tienen y quien lo come muere? La respuesta es”nada”. Los límites también nos dan una identidad, dibuja nuestras formas. Los gustos y perfiles se manifiestan con esos límites que también son ejemplo de autogobierno y autoestima el reconocerlos y mantenerlos. Vivimos tiempos en que son odiados los límites, se les ha culpado, injustamente, de violar la libertad, cuando hacen lo contrario, traen libertad. Pobres de los límites, se les usa para los países pero no para las naciones, se les usa para el amor, pero no para el odio, se les usa para identificar lo malo y no para señalar lo bueno, son cuestionados y muy pocas veces aplaudidos. Nadie quiere vivir al limite, pero si pasarlos sin siquiera reconocerlos.
La paciencia tiene un límite, cuando se pasa hasta el más tranquilo sujeto puede estallar iracúndamente. Los límites geopolíticos se cruzan en una mancha que es el comercio y economía global, con ello las fronteras se volvieron para personas pero no para efectos. Las decisiones de una empresa en un país impactan en la vida de otro sin siquiera haber expuesto la licencia de cruce o pasaporte.
MORENA como organización política ha construido una formación que parece de largo alcance, ya desde estas fechas comienza por dibujarse la seguridad de la retención de la presidencia y seguramente el triunfo en otras instancias políticas, pero también tiene un límite. La esperanza tiene un límite.
La política migratoria, fuertemente presionada por las acciones estadounidenses, está presionando a las autoridades mexicanas a invertir más en acciones humanitarias para los migrantes que regresan. Hay un límite para esa atención. Existe una estructura para albergar a miles de repatriados en el norte de Mexico, por ejemplo en ciudad Juarez, pero no se ha ocupado a su capacidad completa. Desde el 20 de enero que tomó posesion el presidente Trump, han sido repatriados 108,813 mexicanos, según cifras presentadas por la propia presidenta Sheimbaum. Por cierto la migración latinoamericana rumbo a EUA también tiene sus límites, se identifica un incremento en migrantes que buscan llegar a México para hacer su vida.
Las reformas judiciales, ahora centradas en el juicio de amparo, un mecanismo para acotar la actuación del Estado Mexicano a la máxima norma constitucional, han enfrentado a estudiosos del derecho como un acto retrógrada, también tienen límites. El combate a la pobreza con estímulos económicos como las becas, pensiones y otorgamientos públicos para grupos vulnerables también tiene un límite. El incremento al salario mínimo sin que impacte en la inflación o en las utilidades de la empresa como entidad económica en el país también tiene un límite.