Flor Rentería

Amigas y amigos, este martes se conmemoró en nuestro país el Día Nacional del Libro, onomástico impuesto por el Gobierno Federal en los años 80 para honrar el natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz; en efecto, esta semana se cumplieron 371 años desde que nació la importante poetisa, y 30 años desde que el Presidente José López Portillo designara esta fecha.

El honrar a Sor Juana Inés de la Cruz, la décima musa, una mujer muy adelantada a su tiempo, le da a esta conmemoración una doble legitimidad. Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, como era su nombre de pila, es una de las exponentes más importantes del Siglo de Oro de la literatura en habla hispana, y un ícono de la lucha feminista aún mucho antes de que estas causas tomaran forma en los idearios políticos.

Amado Nervo, Octavio Paz, y diversos intelectuales han dedicado obras y sendas opiniones respecto a la vida y obra de Sor Juana, y su obra continúa siendo un referente de la cultura novohispana en la actualidad.

Para conmemorar este día, el Gobierno también se ha dado a la tarea de editar un libro llamado “Obras Escogidas”, en el cual año con año se conmemora a un escritor o escritora nacionales; este año, se ha escogido honrar la memoria de Inés Arredondo, nacida en 1928 en Sinaloa, y fallecida en 1989 en la Ciudad de México, famosa por haber ganado el premio Xavier Villaurrutia por su obra “El río subterráneo”.

Amigas y amigos, más allá de el motivo de este día, debiera servirnos como un punto de referencia para analizar que tanto hemos cultivado nuestras mentes y espíritus en este año que esta por terminar: decía Abraham Lincoln que la lectura nos da acceso a lo que ya ha sido descubierto por otros, y efectivamente, a través de los libros, podemos transportarnos a los más recónditos lugares del mundo, los más antiguos tiempos de la humanidad, e inclusive a los lugares más fantásticos jamás imaginados por el hombre.

Leer es para chicos y grandes, y en nuestro país, lamentablemente, la importancia a la lectura se encuentra muy rezagada: acorde a las cifras del Módulo sobre Lectura del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en los últimos 5 años hubo un decremento de lectores en nuestro país: mientras que en 2015 aproximadamente 50 de cada 100 personas decían haber leído cuando menos un libro en el año, en el último ejercicio censal, solo 42 personas de 100 confesaron haber terminado una obra literaria.

La falta de cultura en una sociedad, la lleva a tomar decisiones equivocadas, a olvidar sus raíces, sus errores, sus descubrimientos, y a ir perdiendo lentamente lo que la hace valiosa. Los libros son la puerta al conocimiento, y distanciarnos de ellos, la ruta segura para el fracaso.

Amigas y amigos, honremos la memoria de Sor Juana, y también enriquezcamos la nuestra: estamos a buen tiempo para, si no lo han hecho, empezar a leer un buen libro y terminarlo antes de que termine el año; les garantizo que no se arrepentirán.