En Cuatrociénegas. El Valle de Cuatrociénegas es considerado por algunos especialistas como “La Galápagos de México” debido a que cuenta con una gran biodiversidad y criaturas endémicas. En efecto, en este municipio hay muchas especies únicas en todo el mundo, y cuenta además con las llamadas Pozas, cuerpos de agua de poca profundidad que son característicos y únicos de esta región de nuestro país.

Desgraciadamente, se ha dado una sobreexplotación sin precedentes del manto acuífero del Valle de Cuatrociénegas, y esto, aunado al desgaste del tiempo y del uso humano, está poniendo en riesgo de extinción no solo las mismas pozas, sino que atenta contra todas las especies que coexisten en esta zona.

El Valle de Cuatrociénegas es uno de los humedales más importantes de México, pero desde el reparto agrario se ha detectado una desecación muy importante de la región, y a pesar de los esfuerzos realizados para impedir o cuando menos mitigar el daño a esta zona, el desgaste ha sido constante y su extinción pareciera inminente.

Amigas y amigos, en el Valle de Cuatrociénegas existe una cantidad sin precedentes de especies endémicas: a saber, cuando menos 6 especies de crustáceos, 10 de moluscos y 9 de peces; además de esto, cientos de especies de animales coexisten en estas zonas, ya sea de forma migratoria o de manera permanente. Respecto a su vegetación, se tienen detectadas cuando menos 23 especies endémicas, y es considerada por el World Wildlife Foundation y muchas otras organizaciones como una región única en el mundo.

Esta región, para quienes la conocimos desde hace mucho tiempo, es evidente que está muriendo. Ésta es una realidad que vemos con mucho dolor, pero que nos obliga hoy más que nunca a venir a levantar la voz para prevenir más daños y salvarle la vida a esta zona única en el mundo.

Es por lo anterior, que las y los diputados federales de Coahuila hemos elaborado un punto de acuerdo de resolución urgente, para exhortar a que tanto el Gobierno Federal, como el Gobierno del Estado y el municipal de Cuatrociénegas, tengan a bien tomar las medidas necesarias para rescatar el Valle, pero sobre todo, para trazar un plan a largo plazo que contemple su restauración.

Amigas y amigos, hace algunos años era posible conocer las pozas en su esplendor. Hoy muchas de ellas están cerradas, algunas casi extintas, y esto no lo podemos permitir. Es nuestra obligación luchar para que nuestros hijos e hijas, nuestras nietos y nietas, y las generaciones por venir puedan volver a disfrutar de las bellas pozas de Cuatrociénegas; si no hacemos algo ya, quizá nuestros hijos solo conocerán esta región en los libros de historia.