Flor Rentería
El 26 de marzo de 1913, fue redactado en suelo coahuilense el Plan de Guadalupe, un documento en el que se expresa el máximo repudio al entonces Presidente de la República, Victoriano Huerta, a los tres poderes federales, así como a cualquier poder local que no aceptara o se sumara al Plan de Guadalupe.
Recordemos, amigas y amigos, que el 20 de febrero Victoriano Huerta informó vía telegrama a todos los Gobernadores del país que había sido autorizado para asumir el Poder Ejecutivo, y, dos días después, al morir Madero y Pino Suárez, se le reconoció dicha investidura por el Poder Legislativo, el Judicial y algunos gobiernos estatales.
Como consecuencia a estos infames actos, Venustiano Carranza y más de 70 jefes y oficiales constitucionalistas de todo el país se reunieron el 25 de marzo en la Hacienda de Guadalupe, en el municipio de Ramos Arizpe, Coahuila, redactando el Plan, mismo que consta de 7 artículos y que fue promulgado en Eagle Pass el 31 de Marzo de 1913.
Los artículos del Plan de Guadalupe, a la letra, eran:
“a) Se desconoce al general Victoriano Huerta como Presidente de la República.
b) Se desconoce también a los Poderes Legislativo y Judicial de la Federación.
c) Se desconoce a los Gobiernos de los Estados que aún reconozcan a los Poderes Federales que forman la actual Administración, treinta días después de la publicación de este Plan.
d) Para la organización del ejército encarado de hacer cumplir nuestros propósitos, nombramos Primer Jefe de Ejercito que se denominará “Constitucionalista” al ciudadano Venustiano Carranza, Gobernador del Estado de Coahuila.
e) Al ocupar el Ejercito Constitucionalista la Ciudad de México, se encargará interinamente del Poder Ejecutivo al ciudadano Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército, o quien lo hubiere sustituido en el mando.
f) El Presidente Interino de la República convocará a elecciones generales tan luego como se haya consolidado la paz, entregado el Poder al ciudadano que hubiere sido electo.
g) El ciudadano que funja como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista en los Estados cuyos Gobiernos hubieren reconocido al de Huerta, asumirá el cargo de Gobernador Provisional y convocará a elecciones locales, después de que hayan tomado posesión de su cargo los ciudadanos que hubieren sido electos para desempeñar los altos Poderes de la Federación como lo previene la base anterior, al ciudadano que hubiese sido electo”
¿Qué habrá cruzado por las mentes de los valientes hombres que, en un Estado del Norte, planearon y lograron exitosamente, reinstituir la vida democrática en México? Amigas y amigos, el Plan de Guadalupe no solamente es un legado histórico y muestra vigente de nuestro compromiso democrático; es además la prueba más inequívoca de que ninguna causa es pequeña y ninguna lucha es imposible, cuando la causa es justa y es en pro de México.