Gerardo Moscoso Caamaño
Como Médico, para diagnosticar una enfermedad, en el caso que me ocupa, llevo tiempo observando y estudiando durante muchos años el semblante de la personalidad psicópata que caracteriza a algunas de las señoras llamadas “Damas de la cultura” regional. Indagué concienciudamente la etiología, (causas), y comportamiento de más de un 80 % de ellas, precisé los rasgos característicos de esta enfermedad que denominé en el 2009 como “Síndrome Gineco-cultural Lagunero”. Perfil, signos y síntomas:
1).-Personalidad inmadura,
2).- Frivolidad en las relaciones interpersonales.
3).- Incapacidad para aprender de la experiencia
4).-Ausencia de sentimientos de error o equivocación.
5).- Confunden la crítica con traición.
6).-Ambicionan poder y protagonismo.
7).-Confunden la ética con estupidez
8).- Mitomanía endotímica vital.
9).- Inteligencia práctica para victimizarse
10).-Dificultad para dialogar.
11).- hipocresía temeraria
12).-Las consume la envidia, avaricia y el protagonismo.
13).-Viajan a cuenta del erario, patronatos o empresas patrocinadoras.
14).-Ausencia sistémica de sinceridad.
15).-Fracasos frecuentes o inexplicables.
16).- La capacidad para mejorar la experiencia pretérita es muy limitada.
17).-Enseñan el cobre sin percatarse de ello.
18).-La mayoría consiguieron su trabajo por dedazo.
19).-Los libros, por lo general, solo decoran sus bibliotecas.
20).-Su nivel de conocimientos es menor siempre a su IQ.
¿Este Síndrome tiene curación? Sí, claro. Si quienes tienen el poder, (políticos, patronatos, etcétera) revisaran y evaluaran los problemas que han generado las titulares de un alto porcentaje de los espacios e instituciones culturales, tal vez, entonces, los resultados se traducirían no en estadísticas infladas, si no en productos locales de exportación, y a estas alturas, La laguna, tendría ya un cimiento cualitativo de la creación local en vías de desarrollo.
Es urgente detectar, capacitar y difundir a los creadores de La Laguna, a aquellos que han vivido al margen de una élite que los ignora. Solamente con un proyecto cultural que abarque el aspecto pedagógico, social y creativo, se justificarían los recursos erogados y la presencia de estas respetables señoras. Si estas personas no aprenden a trabajar con vocación de servicio y en equipo, habría que, como terapia, regresarlas, por favor, al digno mundo de la repostería y las manualidades.
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