Gerardo Moscoso Caamaño

En días pasados se realizó en la Infoteca “León Felipe” de la UAdeC, campus Torreón, un evento convocado por la Agenda Universitaria Ambiental, evento muy pertinente por la situación ecológica en nuestro Estado y en nuestro país. En este sentido no se habían dado pasos significativos entre los estudiantes y cuerpo docente para hacer frente al deterioro ambiental, la contaminación de las aguas de los ríos y de los mares, la desertificación de la tierra, la devastación de nuestros montes y selvas, la contaminación atmosférica y a todas las secuelas que va dejando el cataclismo desarrollista. 


Si los humanos siguen dedicados a la ambición de acumular productos materiales en ciertas partes del planeta a costa de desertizar la mayor parte de su superficie y agotar los recursos naturales, las actuales crisis de los energéticos y de la producción de alimentos, desembocarán en una hecatombe que amenaza ya con extinguir la vida de la especie y quizás la del planeta mismo. 


Esto no es una moderna profecía, sino el mensaje central de uno de los esfuerzos de prospectiva científica más documentados de los últimos tiempos. El actual nivel de consumo de energía está elevando las temperaturas del mundo hasta derretir por completo (de hecho, esto ya empezó a ocurrir) el hielo polar con la consiguiente catástrofe que acabará, si no empezamos a ser activistas ecológicos ya hoy, con la vida en la tierra. 


Se ha dicho que el ecologismo es a la ecología como el socialismo es a la sociología. 


Respeto al medio ambiente frente a la masificación industrial y al crecimiento de la mancha urbana; mantenimiento del equilibrio biológico frente a la acumulación de capital; ahorro en los recursos naturales frente al despilfarro consumista: permanencia frente a moda; valor de uso frente a valor de cambio; calidad de vida frente a productividad; satisfacción frente a rendimiento; serenidad frente a puntualidad cronométrica. 


Ahora bien, aquí está la alternativa decisiva que separa la ecología como ciencia recuperable, del ecologismo como militancia progresista, humanista y revolucionaria. La excelente propuesta es: crear Brigadas Ambientalistas Universitarias en cada Escuela de la UAdeC. 

 

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