Gerardo Moscoso Caamaño

Ante la crisis que amenaza nuestra defectuosa democracia, en donde la falta de ética ha salido a flote mostrando la incapacidad de gran parte de la sociedad mexicana para buscar la manera de ir acabando con la corrupción, con la violencia y el caos administrativo, deberíamos de profundizar en las causas que han generado los actuales efectos, no solo en México, sino también a nivel global.
Las armas y la riqueza son hoy resultados del conocimiento.
Pero para que el conocimiento escape al control de unos cuantos y de verdad se democratice, responsabilice y multiplique, es pertinente que los conductos informativos sean amplios, libres y descentralizados.
Sin embargo, la TV, y los medios de comunicación, en general, incitan día a día, columna a columna, editorial a editorial, a la necesidad de un enriquecimiento rápido y masivo para poder consumir valores que en nuestra sociedad han quedado reducidos a productos.
Ahora, bien, toda la cadena consumista condena a los críticos de la misma y protege y subvenciona a sus defensores, por los que cada vez son más los que se rinden. Si no se contrarresta ese origen de poder, es imposible reclamar que la sociedad sea honesta, justa y se restablezca la tan necesaria ética.
El problema es que los medios de comunicación, líderes de opinión y “artistas” manipulan sin conciencia porque no tienen acceso al verdadero conocimiento.
Se ha confundido el show y el entretenimiento con la cultura que es la que debiera permitir el discernimiento, la madurez y, la cordura. Los ciudadanos ahogados en un plagio postmoderno de eventos sin rumbo, han optado por abstenerse de lo social.
La ciudadanía empieza a volcarse hacia los aparatos sociales básicos: Grupos étnicos, nacionalismo, ecología, etcétera, practicando un abstencionismo electoral que comienza a ser activo porque más que nunca, hoy, desconfían de políticos, periodistas e intelectuales.
Al ciudadano, en general, le preocupa cobrar lo máximo posible y producir lo menos posible también. Fiel reflejo de los mensajes que recibe.
Comisiones, especulaciones financieras o lo que sea, el asunto es obtener el mayor número de placeres efímeros en el menor tiempo posible. Así las cosas, ¿Cómo generar en la sociedad confianza y certeza, esperanza y participación?
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