Héctor Reyes

Con más de 53 años de historia, Famsa ha sido uno de los protagonistas del sector minorista en México, sin embargo, de un tiempo para acá, su situación financiera se agravó tras la crisis generalizada en el sector a causa de la pandemia. 

Al no poder hacer frente a sus compromisos, en octubre de 2020, la firma es declarada en concurso mercantil, un trance del que salió hasta febrero de 2022 después de llegar a un acuerdo con sus acreedores. En ese entonces, los directivos del grupo aseguraron que la inyección de capital por 1.2000 millones de pesos y la disminución de puntos de venta les permitiría reflotar sus finanzas. “Avanzamos motivados hacia una nueva etapa, enfocados en la recuperación y el reposicionamiento de la nueva Famsa, conscientes del entorno complejo y desafiante que estamos viviendo. Buscaremos avanzar de manera ágil y sólida, concretando los acuerdos para la obtención de líneas de financiamiento y recursos frescos que nos permitan apuntalar las necesidades operativas”, declaraba la compañía al salir de esa debacle.

Pero, el tiempo de Famsa se agota y sus acciones no dejan de sufrir pérdidas. 

Los títulos de la empresa mexicana van en picada, este miércoles concluyeron la jornada bursátil con un valor de 0,068 pesos, un 12% menos respecto al día anterior.  El desplome de sus acciones se registra al unísono del cierre masivo de sucursales: más de 100 puntos de venta han echado abajo la cortina en los últimos seis meses ante la falta de capital y de flujo de efectivo para mantener su operación.

En un año los títulos de la compañía han caído un 94%. La firma, insigne del mundo empresarial del norte del país, está al borde de su extinción. Personal de la sucursal matriz en Nuevo León, Monterrey, han confirmado que solo esta tienda está en operación tras el reciente cierre de sus dos puntos de venta en Monclova y Saltillo, aquí, en Coahuila.

A un año de distancia, la empresa no sólo no ha logrado recuperarse, sino que ahora están a un paso de la quiebra. A diciembre de 2022, su pérdida neta acumulada ascendió a 2.900 millones de pesos, mientras que sus ventas cayeron un 42% respecto al año previo. 

Ante la falta de recursos, la compañía no generó suficientes ventas para cumplir el resto de sus compromisos, actualizar el inventario y cubrir las rentas de los inmuebles que utilizaba como sucursales. De las casi 400 puntos de venta que tenían en México en 2020, ahora solo queda abierta al público una tienda y una deuda de más de 10.000 millones de pesos.

Fundada en 1970, por el empresario Humberto Garza González, Famsa se enfocó durante mucho tiempo, a las ventas al menudeo, principalmente en muebles, electrodomésticos, línea blanca, computadoras y ropa, en México y en Estados Unidos. La firma decidió abrirse paso en el sector financiero en 2007 con la apertura de su Banco Ahorro Famsa, un brazo del negocio que les permitía ofrecer financiamiento a sus clientes, así como diversificar su portafolio al crédito vacacional y vehicular. En esta época, la empresa llegó a tener más de 16.000 empleados.

Los tiempos de bonanza, no obstante, se acabaron… En junio de 2020, Banco Ahorro Famsa perdió su licencia para operar por gestiones de riesgos inapropiadas, créditos otorgados a personas relacionadas del grupo por encima de los límites regulatorios y recurrentes incumplimientos regulatorios.

En ese entonces, la institución tenía más de 580.000 ahorradores con saldo en sus cuentas. La debacle del negocio financiero ahora se vislumbra como el preámbulo de una crisis interna que está a punto de escribir su capítulo final.

Así, se está cerrando un capítulo de una compañía ícono en su ramo, que tuvo su éxito en Saltillo y en otras ciudades del norte del país.

Buen fin de semana, la frase: “Vivir sin amigos, es morir sin dejar recuerdos”.  ¡Ánimo!

 

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