Héctor Reyes

Cuando era un comediante de televisión en Ucrania, Volodymyr Zelensky “Ze” interpretó a un profesor idealista, cuyo discurso contra la corrupción era grabada por sus alumnos. En la comedia, el video se viraliza en internet y el personaje de Zelensky es impulsado a la Presidencia.

Aunque el show era informal, el mensaje de lucha contra la corrupción y la impunidad fue tan popular que Zelensky fundó un partido político que lleva el nombre del programa, “Servidor del pueblo”, y terminó convirtiéndose en el verdadero Presidente de Ucrania.

Ahora, este ex comediante está bajo los ojos de todo el mundo, mientras Rusia concentra más de 100 mil tropas en las fronteras ucranianas, lo que ha hecho a Occidente temer una invasión.

Zelensky mandó un mensaje de desafío a Moscú, durante el “Día de la Unidad” al que convocó para el pasado miércoles 16 de febrero, jornada en que según la inteligencia occidental Rusia invadiría Ucrania, lo cual no sucedió.

“No tenemos miedo de ninguna eventualidad, no tenemos miedo de nadie, de ningún enemigo”, aseguró el Presidente.

En la capital, Kiev, las calles se llenaron de banderas nacionales y algunas escuelas realizaron simulacros de evacuación.

Después de 2014, tras la anexión de Crimea por parte de Rusia y los conflictos en el este del país con grupos separatistas apoyados por Moscú, los ucranianos comunes se han estado aleccionando para una posible guerra. En las últimas semanas se han intensificado esos esfuerzos, con las Fuerzas Armadas enseñando a civiles tácticas de guerrilla y uso de armas.

“Nos defenderemos nosotros mismos”, insistió Zelensky desde Mariupol, la última ciudad del este que está bajo control del Gobierno.

Esta urbe es considerada como uno de los territorios bajo amenaza en caso de una invasión rusa, ya que se encuentra a unos 20 kilómetros de donde operan los separatistas.

Zelensky, o Ze, como también se le conoce, llegó al poder impulsado por un descontento con los políticos tradicionales, a quienes los ucranianos veían como corruptos.

Cuando candidato, prometió asumir los ideales del personaje que interpretaba y acabar con la oligarquía. Al inicio de su mandato disolvió el Parlamento, diciendo que eso lo ayudaría a sacar a los corruptos.

El comediante, además, es prooccidental y busca que Ucrania se incorpore a la Unión Europea y a la OTAN, la alianza militar de Occidente. Esto último es clave en la actual crisis con Rusia.

Mientras congrega a sus tropas y realiza ejercicios militares, Moscú ha exigido a la OTAN garantías de seguridad a medida que Occidente se expande hacia sus fronteras. El Kremlin en específico exige que la OTAN no acepte nunca a Ucrania, una ex república soviética en la que Rusia ve su origen.

Bajo los lineamientos de la OTAN, todos los miembros están obligados a defenderse entre sí si alguna nación las ataca. Esto significa que, si Ucrania entrara a la alianza y Rusia tuviera un conflicto con este país, representaría una guerra con EU y con decenas de países de la organización.

Punto y aparte

El Presidente fustigó a un periodista que denunció que su hijo vive muy lejos del paradigma de austeridad que él pregona.


Vivir así no es delito… bueno, para unas personas, si, pero este asunto merece una aclaración, por qué vivir en la propiedad de un ejecutivo de Baker Hughes, empresa que en este sexenio se le ha otorgado contratos de Pemex, por 343 millones de dólares, lleva a una suspicacia.

José Ramón López Beltrán debe aclarar su trabajo como asesor legal de Kei Partners, porque para ejercer esa función en Houston, un abogado extranjero necesita pasar el examen de la Barra de Abogados de Texas. Ya de todos es conocido  que esa empresa es propiedad de los hijos de Daniel Chávez Morán, dueño de Grupo Vidanta, que "asesora" en la construcción del Tren Maya.

López Beltrán, como todos, tiene el derecho a explicar. La prensa ejerce el derecho a investigar. Sencillo.

Buen fin de semana, la frase: “Los errores son lecciones, pero el más grande error es no aprender la lección”. ¡Ánimo!

 

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