Héctor Reyes

Por más de 16 años, un servidor laboro en la Secretaría de Salud, lugar donde conocí a grandes personas, desde mis jefes en turno, como a diversos compañeros de trabajo, con los cuales sigo hoy en día reuniéndome para recordar, platicar y reír sobre diversos aspectos y acontecimientos actuales.

La Secretaría de Salud, como trabajo, siempre ha estado presente en el entorno de mi familia, mi papá, el Sr. Reyes Oliva trabajo por muchos años, desde que se llamaba Servicios Coordinados de Salud, Pública, cuando sus oficinas estaban en la calle de Cuauhtémoc y mi hermana mayor, Vicky, trabaja actualmente en el CESAME, es Psicóloga y muy trabajadora.

De ahí que hablar de la Secretaría siempre es sinónimo de recuerdos, gracias a mi paso por la dependencia puede conocer el estado, sus 38 municipios, sus hospitales y centros de Salud, además de que me formo en el ambiente laboral, ya que, entre un poco joven a trabajar, a los 18 años.

¿Anécdotas? muchas ¿Recuerdos? infinitos, pero sobre todo gratitud, es lo que le tengo a esta dependencia.

En diciembre del 2005, emprendí nuevos retos laborales con la mente puesta de que lo bien aprendió sirve para todo y con la frase que me dijo mi buen amigo el Dr. Pradis: “Tu trabajo habla por ti, si hay dificultades, tu trabajo habla por ti” …

Así inicie mi recorrido por el Gobierno estatal, en la Dirección de Enlace Ciudadano, bajo la guía de mi amigo Raúl López Gutiérrez, después llego a la presidencia municipal de Saltillo, trabajando con 3 alcaldes, Fernando de las Fuentes, Jorge Torres y Jericó Abramo, honestamente nunca pensé que iba a llegar a esas “ligas mayores”.

De ahí me reintegro al Gobierno estatal, a la Coordinación de Comunicación Social, en el Dirección de Difusión e Imagen, con el apoyo del “Maestro” Pepe Vega, para llegar, después a rencontrarme con mi amigo Jericó Abramo Masso, y trabajar en su campaña en busca de un escaño en el Senado de la República, los resultados todos los sabemos, pero nos queda la satisfacción del deber cumplido a su máxima expresión, sin descanso y con la frente en alto.

Todo este trayecto, me llevo recorrerlo en 12 años mas menos, lo cuales siento que se fueron como un suspiro, en verdad que rápido pasa el tiempo.

El pasado lunes 8 de octubre, recibí la invitación de parte del Gobernador Miguel A. Riquelme y con el apoyo de del Doctor Roberto Bernal, de incorporarnos nuevamente a la Secretaría de Salud, lugar de mis orígenes laborales.

Mi regreso a “Salud”, como se le conoce a la Secretaría, me tomo por sorpresa, lo tengo que confesar, pero con el gusto de poner mi trabajo, en primera instancia para el buen funcionamiento de la administración del Gobernador Riquelme, en segundo de estar con amigas y amigos, trabajar con nuevos compañeros, muchos de los cuales, con grandes trayectorias en el ámbito público y privado; nuevos retos sin duda.

Hoy llego a la Secretaría con una familia formada y con grandes expectativas de trabajar para hacer bien las cosas.

Aprovecho este espacio para agradecer al Gobernador su apoyo, a mi amigo y líder Fernando Gutiérrez, su oportuno consejo y al Dr. Roberto Bernal, su apoyo desde el primer día, agradecido estoy.

“Las mejores enseñanzas de la vida, suelen venir de los momentos más duros”

 

PUNTO Y APARTE

Continua el tema en diversos sectores, de la boda de Cesar Yáñez, el todavía cercano colaborador del Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador.

Como bien apunta en su columna de este jueves, Raymundo Riva Palacio: “Hace dos semanas comenzó la gangrena en el corpus político de Andrés Manuel López Obrador.

La contaminación comenzó cuando se filtró en las redes sociales el menú del banquete de la boda de César Yáñez, su incondicional escudero de décadas, con la abogada Dulce Silva, que sugería una opulencia que chocaba con la conducta pública de austeridad que él mismo había mostrado por años, y sobre todo, contradecía todo el discurso del presidente electo.

El incipiente escándalo escaló a niveles inimaginables en el contexto de López Obrador, cuando la boda apareció en la portada de la revista ¡Hola!, dándoles un tratamiento que le dan a la aristocracia.

La molestia de López Obrador se sintió desde la misma cena de la boda hace dos sábados…Yáñez dejó de ser un activo para convertirse en lastre. Pero al mismo tiempo, su leal colaborador puede hacerle un enorme servicio, no por lo que pueda hacer él mismo, sino por lo que puede hacer López Obrador con él: despedirlo.

No basta que Yáñez renuncie a estar en el próximo gobierno, con lo cual atenuaría la crítica, sino que tiene que ser cesado. Si López Obrador lo hace, enviará una doble señal, hacia dentro de su equipo, en el sentido que no habrá tolerancia ante ningún exceso, y hacia fuera, se revestirá de una mayor autoridad moral para combatir los abusos y los actos de corrupción”.

Sin duda una gran prueba para López Obrador, antes de iniciar su administración, que hará? Tiempo al tiempo…

 

Feliz fin de semana, ánimo!

 

Twitter:_hreyes