Francisco Tobías

El peso mexicano ha logrado mejorar su nivel frente al dólar norteamericano, si bien no ha regresado a un nivel igual o mayor de 20 pesos por dólar, ha logrado avanzar para tener un tipo de cambio nominal de 19.36 pesos por dólar como sucedió el 23 de diciembre.

El peso mexicano se ha convertido en una recomendación u oportunidad, según organismos internacionales, para realizar inversiones, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador, cual si fuera un triunfo económico de su administración.

Como muchas cosas en economía, existen dos caras de la moneda, valga la redundancia, pues mientras tengamos un peso fuerte frente al dólar norteamericano, podemos “contener” poco la inflación en nuestra economía, además de abaratar las importaciones, no únicamente las que provienen de los Estados Unidos sino de todo el mundo, pues la moneda generalmente aceptada para realizar las transacciones internacionales es precisamente el dólar norteamericano. La otra cara es la pérdida de competitividad de los productos mexicanos en el mundo, pues ahora son más caros, produciendo que las exportaciones se reduzcan, contrayendo en poco la inversión y todo lo que esto conlleva como la generación de empleos.

Pero más allá de las consecuencias, al parecer, por lo menos de manera empírica, son mayores las que nos benefician a las que nos perjudican, es interesante analizar cómo funciona el tipo de cambio y esclarecer el origen de este fortalecimiento que vive nuestra moneda.

El 22 de diciembre de 1994, después del llamado “error de diciembre” la Comisión de Cambios, integrada por funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y del Banco de México, estableció que se practicará un tipo de cambio llamado de libre flotación, en el cual el tipo de cambio, los pesos que cambiamos por un dólar, se determina por medio del mercado, por medio de la oferta y demanda de dólares en nuestro país.

Es decir que el tipo de cambio baja, cual si fuera el precio del dólar, cuando tenemos muchos dólares en la economía mexicana y el tipo de cambio aumenta, cuando se escasean los dólares. Este es el ejemplo más “neoliberal” que puede existir del funcionamiento del mercado.

Mientras las remesas de nuestros compatriotas aumenten, el tipo de cambio tendrá mayores posibilidades de mantenerse en los niveles actuales. Y es que según datos del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos el monto salarial de los inmigrantes y nativos con origen mexicano, en Estados Unidos, equivale al 55% del PIB mexicano. Para generar una idea de la importancia de las remesas, para el tipo de cambio, basta con señalar que mientras las exportaciones petroleras mexicanas de enero a octubre del 2022 fueron por 33 mil 891 millones de dólares, en ese mismo periodo las remesas que recibimos en México fueron por un monto de 48 mil 337.5 millones de dólares, siendo las remesas superiores en casi 27% que los ingresos de la venta del petróleo mexicano en el extranjero.

La falta de empleos, de oportunidades, la falta de desarrollo y crecimiento económico en nuestro país, ha generado que muchos mexicanos logren mantener la fortaleza del peso, desafortunadamente, fuera de nuestro país y lejos de sus familias.

Definitivamente el peso mexicano cuenta con héroes sin capa y ellos son los inmigrantes que han logrado hacer fuerte al peso frente al dólar.