Francisco Tobías

En el sistema capitalista el mercado es en ocasiones caprichoso, sus dos fuerzas, la demanda y la oferta tienen reglas y están en función de diversos y distintos factores.

Con el decreto presidencial para la regularización de autos “chocolate”, como le son llamados coloquialmente a los autos ilegales, habrá mexicanos que ganaran pero también otros que perderán por lo menos en el ámbito económico, en el ámbito de la legalidad perderemos como nación. Y es que al proponer regularizar los vehículos ilegales, tanto la demanda como la oferta de autos cambiarán afectando no únicamente el precio sino el patrimonio de quienes tienen en propiedad un vehículo legal y de manera distinta de quienes posean uno ilegal.

Para los clásicos el precio de las mercancías se genera o se debe por la escasez, bajo esta óptica al legalizarse la gran cantidad de autos, que ingresaron de manera ilegal a nuestro país, el precio de los vehículos usados se reducirá, pareciera que hasta todo esta bien. Es decir podremos comprar carros usados más baratos, sin embargo si profundizamos un poco más podremos darnos cuenta que no todo es en beneficio para la mayoría.

Por un lado algunos vehículos aumentarán de precio y estos serán los que al día de hoy están de manera ilegal en México, pues al poder tener sus papales “en regla” y poder plaquearlos el valor monetario de estos aumentarán sin embargo, los precios de los autos usados legales, es decir aquellos que fueron adquiridos como nuevos en alguna agencia automotriz y se han vendido una o más veces en el mercado de autos seminuevos sufrieran una depreciación, sí, es decir su precio bajará.

Algunas familias aumentarán su patrimonio familiar y otras sufrirán una pérdida en su patrimonio familiar.

Cierto es que todos queremos y necesitamos un auto, cierto qué hay familias cuyos ingresos económicos no les permite adquirir un vehículo nuevo o usado, motivo por el cual han recurrido al mercado de autos ilegales.

Pero también hay que señalar que los propietarios originales de autos legales han pagado impuestos como el IVA e ISAN, y que las “aportaciones” que realizarán  los dueños de autos “chocolate “ para regularizar su estancia legal serán contribuciones como las que año tras año pagan quienes tienen vehículos legales por medio del derecho vehicular.

Pareciera ser que en el mercado de autos en México habrá ganadores y perdedores, pero lo que no podemos pasar por visto es la manera es que lo ilegal se está convirtiendo en legal, ya que muchos de estos autos son introducidos a nuestro territorio por medio del crimen organizado y el origen de dichos autos no conocemos.

Bien por las familias que podrán aumentar por patrimonio familiar y ojalá convertir lo ilegal en legal no se convierta en algo tan tradicional de ese gobierno federal.