Francisco Tobías

La sociedad ha cambiado y la manera tradicional de medir la actividad económica por medio de sus índices como el PIB, también lo ha hecho y es que al vivir en una economía en la cual es más importante medir o tratar de calcular el bienestar incluyendo factores como la vivienda, la educación, la calidad del aire, por mencionar algunos, se ha convertido en una tarea esencial para los economistas.

Por ejemplo, al medir el PIB, que no deja de ser importante e interesante, no medimos la distribución del ingreso, ni el ingreso, ni la riqueza de las familias. Algo semejante sucede con la medición del empleo en cual además de medir la cantidad de demanda o el exceso de oferta se empieza a contemplar la calidad y seguridad jurídica de los trabajos.

Hace una década la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) desarrolló un índice llamado “Índice para una vida mejor”, en el cual analiza y miden 11 factores con los que se intenta medir el bienestar de los integrantes de la economía: vivienda, ingresos, empleos, solidaridad en la comunidad, educación, civismo, salud, medio ambiente, equilibrio entre trabajo y ocio, seguridad y felicidad.

En cada una de estas 11 variables, se contemplan ciertos indicadores propios, los cuales se califica de 0 a 10, evaluándose en 39 países, entre estos México.

De todas la variables e indicadores medidos por la OCDE en este índice sobresalimos en el compromiso cívico donde obtuvimos una calificación de 6.9. Si consideramos la escala de calificaciones donde 6 es aprobatorio, estamos en esta condición sólo en otros dos indicadores, salud con 6.3 puntos y felicidad donde obtuvimos una calificación de 6.1. En las otras 8 variables obtenemos calificaciones sumamente bajas como en lo que se refiere a seguridad con una calificación de 2.2, y por ejemplo nos ubicamos en el último lugar de los países analizados cuando nos referimos a educación donde obtuvimos un puntaje de 1.1

En la más reciente elaboración de este índice, México ocupa el penúltimo lugar de las 39 economías analizadas sólo por arriba de Colombia, la calificación que obtuvimos para este estudio de la OCDE es de poco más de 3 puntos, mientras Noruega quien obtuvo el mejor puntaje pasó las 8 unidades en su calificación.

No podemos poner en tela de juicio que hemos avanzado como economía y sociedad, con el paso del tiempo y la implementación de políticas públicas, si comparamos datos e información de hoy con información anterior aunque existen variables como la seguridad en la cual hemos retrocedido, tenemos un largo camino que recorrer y adversidades que vencer para poder aspirar a un mejor nivel de vida.

Si los economistas señalan que todo integrante de una economía es racional al ser “aspiracionista”, ya que busca satisfacer necesidades, busca el bienestar propio, el de su familia y el de su comunidad, ¿podríamos afirmar qué es irracional no ser aspiracionista?