Francisco Tobías

México está íntimamente ligado a los Estados Unidos de América más allá de los 3,169 kilómetros que compartimos de frontera, incluso con el proceso de globalización nuestra economía y la norteamericana por obvias razones están relacionadas

La economía norteamericana se ha empezado a recuperarse de los efectos de la pandemia del Covid 19 y está recuperación ha generado efectos positivos en nuestra economía, pero también hay otra cara de la moneda, debido a que, así como los efectos positivos influyen los efectos negativos hacen lo mismo.

El aumento en el consumo por parte de los norteamericanos ha generado una presión en el aumento de los precios ocasionando que la inflación interanual para el mes de abril haya sido del 4.2 porcentaje, cuando los analistas habían pronosticado que esté incremento sería solo del 3.6 por ciento. Y a pesar de que no se compara con las hiperinflaciones que están viviendo los venezolanos, la cual es equivalente al casi 3 mil por ciento en el 2020 y se espera que rebase los 5 mil en el 2021, sin embargo, desde la crisis del 2008 la economía norteamericana no había sufrida una inflación tan alta.

Y en realidad es para alarmarnos pues estos incrementos en los precios provocarán inflación en México, ya que las importaciones que realizamos con nuestro vecino son equivalentes al 15 por ciento del PIB mexicano, por lo que el aumento de la inflación norteamericana provocará aumento en los precios en nuestro país.

El Banco de México ha mantenido la tasa de interés en un 4 por ciento a pesar de que se había reducido de manera permanente, pero debido al incremento de la inflación la autoridad ha optado por mantenerla en ese porcentaje. Y es que la inflación o más bien su aumento tendrá efectos para los mexicanos, como el posible incremento de las tasas de interés, provocando una reducción en el consumo e inversión, además de encarecer la vida por el aumento mismo de los precios.

Por su parte las autoridades económicas y monetarias de nuestro país deben de contar con una gran disciplina fiscal, tanto para la recaudación como para el gasto público, además propiciar, por medio de políticas públicas, la generación de inversión extranjera y nacional directa que genere a la vez empleo.

Nuestra economía corre el peligro de vivir una espiral inflacionaria y en gran medida por la recuperación de la economía norteamericana.