Francisco Tobías

En los fabulosos 80´s, cuando los habitantes del mundo empezamos de una manera más “formal” a entender que teníamos que cuidar de nuestro medio ambiente, de nuestro planeta, mientras más de la mitad de la población vivía en un sistema “socialista”, en el occidente se inició a utilizar el término de economía circular con el fin de describir las interrelaciones entre el medio ambiente y la economía. 

Si pensamos en un proceso de producción y consumos de cierta mercancía, como por ejemplo un vaso desechable, se obtiene la materia prima como lo es la espuma, papel, agua y plásticos, con la fuerza de trabajo, es decir con los trabajadores de la línea de producción se logra fabricar un vaso desechable que se vende en algún supermercado, siendo adquirido y utilizado por un consumidor final, quien después de usarlo, lo desecha (de ahí el nombre desechable), provocando, es cierto satisfacer la necesidad de tomar una bebida pero con un daño colateral, afectando al medio ambiente. Este es un claro ejemplo de proceso lineal, la propuesta de la economía circular es crear bucles en los procesos productivos, con la utilización de materia primas biodegradables, reutilizables. Volviendo al ejemplo de vaso desechable, en lugar de utilizar plásticos, espuma o papel, se utilizan, bajo el esquema de la economía circular, celulosas, plantas, aceites, legumbres y otros elementos que se biodegradan de una manera más rápida y fácil siendo amigables con el medio ambiente.

Pareciera que es algo por un lado complicado para los empresarios, ya que podemos llegar a pensar que los costos de fabricación de las mercancías se elevarían, sin embargo, hay estudios administrativos que demuestran todo lo contrario, ya que al reutilizar la materia prima es más barato que crearla desde cero.

Esta forma nueva de hacer economía es la contrapropuesta de tomar, hacer y desechar, para ahora aplicar la regla de reusar, reutilizar y reparar, creando así un circulo virtuoso, no únicamente en nuestros bolsillos sino en el medio ambiente que es aún más importante que la cartera.   

Podemos imaginar que sólo puede aplicarse en cosas tan sencillas, como los vasos desechables, pero no es así, este nuevo modelo económico va más allá de los simples procesos de producción, albergando propuestas de cambio en el uso de las energías fósiles por renovables.

Cada vez surgen más métodos o propuestas para medir el crecimiento económico con la perspectiva de la economía circular, considerando la afectación del medio ambiente. 

Día a día más individuos, de manera consciente o inconscientemente nos involucramos en la economía circular, pareciera que casi todas las economías del mundo tratan de integrarse a este modelo económico que intenta ser una forma de vida, donde todos ganemos, productores, consumidores y por supuesto nuestra casa, el planeta.

Mientras el mundo entero se vuelca por recursos renovables, por energías limpias, desafortunadamente el gobierno federal intenta una contra reforma energética donde más allá del aumento en los costos y precios de la energía, que afectará a consumidores y empresarios, pareciera que intenta la permanente utilización de energía contaminante, de energía no amigable con el medio ambiente, como si aún estuviéramos en los 70´s y no hubieran llegado los fabulosos 80´s y la economía circular.