Francisco Treviño Aguirre

Históricamente nuestro país ha sido uno de los principales productores de petróleo en el mundo. Posterior a la expropiación petrolera, el surgimiento de una nueva política económica de nuestro país dio paso a un esquema de mayor participación a nivel global en el mercado del petróleo, ajustándose al marco normativo de la Constitución donde se sentarían las bases para detonar el crecimiento de este sector de manera importante.

Los grandes yacimientos descubiertos durante la década de los años setenta, sentaron un precedente para que México se consolidará dentro de los países con mayores reservas de este hidrocarburo. Al inicio de la década de los años ochenta México dependía en un 80 por ciento de los ingresos que generaba la producción y exportación del petróleo, debido al gran auge que tenía la extracción del mismo. Pero en 1985, los precios internacionales del hidrocarburo cayeron de manera drástica, lo que maximizó la llamada crisis petrolera que había iniciado en 1982.

A la fecha, el petróleo sigue siendo una de los principales fuentes de ingresos de nuestro país y uno de los principales recursos para la generación de energía ya que las reservas comprobadas en México son de más de 7 mil 400 millones de barriles. Sin embargo el auge que han tomado las energías renovables como la fotovoltaica, biomasa y eólica entre otras, muestran que en el mediano plazo el petróleo cada vez será menos utilizado para este fin, dando paso a nuevas formas de generación de energía más en equilibrio con el medio ambiente. Otro de los importantes recursos naturales con los que cuenta nuestro país para la generación de energía es el carbón. Desde la revolución industrial, el carbón ha sido una de las principales fuentes generadoras de energía. El llamado “diamante negro” que se extrae del subsuelo se utiliza en procesos tan diversificados como combustible para ferrocarriles, como generador de energía en plantas carboeléctricas y en la industria metalúrgica y del acero entre otros usos, tiene un importante posicionamiento internacional que le permite competir con el petróleo en la generación de energía.

Si bien el carbón es un recurso no renovable, las reservas mundiales de este mineral son cercanas a un billón de toneladas siendo México uno de los principales productores de este mineral a nivel mundial. La controversia por el uso del carbón como combustible ha sido por el alto grado de contaminación que genera. China, Estados Unidos, y la India son los mayores consumidores de carbón en el mundo, para los sectores eléctrico e industrial principalmente. En este sentido la liberación de gases producidas por la combustión del carbón, se concentran en la atmósfera de la tierra ocasionando el efecto invernadero que perjudica de manera importante la salud de todos los seres vivos.

Por lo anterior, durante la 23ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP2, llevada a cabo en Noviembre del 2017 en Bonn Alemania se determinó lanzar la Alianza “por un futuro energético sin carbón”, el cual pretende desaparecer el carbón como energético para el año 2030 en los países que conforman la Unión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y para el resto del mundo en el año 2050.

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