Francisco Treviño Aguirre

En los últimos años, el panorama corporativo ha experimentado un cambio transformador, siendo testigo de un notable aumento de mujeres que rompen el techo de cristal y asumen roles de liderazgo como Presidentas o Directoras Ejecutivas. Este cambio monumental, desde el histórico nombramiento de Katharine Graham como la primera mujer CEO de Fortune 500 en 1972 hasta la actualidad, donde 52 empresas están dirigidas por mujeres, señala un punto de inflexión en la lucha por la igualdad de género. En este sentido, es importante explorar los factores que contribuyen a este aumento, los esfuerzos en curso hacia una mayor diversidad y la necesidad de continuar avanzando en la igualdad de género en el liderazgo corporativo.

El nombramiento de Katharine Graham como directora ejecutiva de The Washington Post en 1972 fue un parteaguas para una nueva era de mujeres líderes en el mundo corporativo de Estados Unidos. Hoy en día, empresas como CVS Health, dirigida por Karen Lynch, y General Motors, bajo el liderazgo de Mary Barra, ejemplifican el progreso logrado. Si bien celebrar este logro es primordial. el objetivo es superar las cifras actuales, estableciendo un nuevo estándar para la representación femenina en puestos ejecutivos.

El camino hacia la igualdad de género en el liderazgo corporativo ha estado marcado por barreras y sesgos históricos que limitaron el acceso de las mujeres a puestos ejecutivos. Sin embargo, en las últimas décadas se ha producido un cambio de actitud, con un creciente reconocimiento del valor que la diversidad aporta Enel mundo corporativo. Las empresas ahora reconocen que la diversidad de género en el nivel superior conduce a una mejor toma de decisiones, un mejor desempeño financiero y un mejor gobierno corporativo.

Las organizaciones participan activamente en la promoción de la diversidad y la inclusión dentro de sus filas de liderazgo. Los programas de tutoría, las iniciativas de desarrollo de liderazgo y las políticas que enfatizan el equilibrio de género en la contratación de ejecutivos desempeñan un papel crucial para romper el techo de cristal. Estas iniciativas no solo crean oportunidades para que las mujeres asciendan a puestos directivos, sino que también fomentan una cultura que valora y apoya la diversidad.

A medida que las mujeres continúan sobresaliendo en diversos campos, demostrando su potencial de liderazgo, las percepciones sociales están evolucionando. El cambio cultural hacia el equilibrio entre el trabajo y la vida privada y el desmantelamiento de la noción de que las mujeres deben elegir entre la carrera y la familia han creado un entorno más propicio para que las mujeres persigan metas profesionales ambiciosas.

La disponibilidad de acuerdos de trabajo flexibles, políticas de licencia parental e iniciativas que promueven la igualdad de responsabilidades de cuidado contribuyen a crear un campo de juego más nivelado para las mujeres en el mundo corporativo. Al desafiar la noción de que el éxito profesional requiere sacrificar la vida personal o familiar, estas iniciativas empoderan a las mujeres para que persigan roles de liderazgo.

Al apoyar el creciente número de mujeres ejecutivas, es esencial continuar con el impulso y luchar por una mayor igualdad de género en el liderazgo corporativo. Las empresas deben realizar esfuerzos concertados para aumentar la representación de las mujeres en puestos directivos, no solo para impulsar la diversidad, sino también para liberar todo el potencial de sus organizaciones.

Hoy por hoy, el aumento de las mujeres en puestos directivos es un hito importante en la búsqueda de la igualdad de género en el mundo empresarial. Factores como las iniciativas que promueven la diversidad, el cambio de actitudes sociales, los avances en la educación y las oportunidades de desarrollo profesional han creado un entorno más inclusivo y de apoyo para que las mujeres prosperen. Si bien los desafíos persisten, celebrar los éxitos de las mujeres directivas y trabajar hacia un panorama corporativo que valore y promueva la diversidad de género en todos los niveles sin duda aprovechará el poder del liderazgo femenino, impulsará la innovación y construirá organizaciones más equitativas y prósperas para el futuro.

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