Francisco Treviño Aguirre

En las últimas semanas mucho se ha comentado sobre la postura del Gobierno Federal para limitar la distribución de energía renovables, argumentando que esto ocasiona intermitencia en la sistema eléctrico nacional (SEN). Para entender la situación, es necesario definir que en nuestro país la energía que se transmite en el SEN se define en intermitente y constante. La intermitente es la que se produce por fuentes eólicas y solares, se denomina de esta manera porque solo se produce cuando existe viento y energía solar, lo cual no es las 24 horas del día. Sin embargo, la energía constante es aquella que se produce en las centrales nucleares, las de ciclo combinado (gas y vapor) y las termoeléctricas (combustóleo). Estas intermitencias son las que según la Secretaria de Energía, ocasionan que sistema eléctrico se estrese. Pero vamos por partes, el primer parque eólico en México data de 1994, cuya capacidad de generación era de 1.5 MW. Actualmente la capacidad de generación eólica en México es de 6,263 MW. Por lo tanto, la experiencia operacional del sistema eléctrico con energías renovables ya es de varios años. ¿Cómo despacha la energía el SEN? Primero la energía menos contaminante y más económica, por lo que las renovables tenían preferencia, dejando a las termoeléctricas al final por ser más caras y contaminantes. El Acuerdo emitido por la Secretaria de Energía el pasado 15 de Mayo, en términos generales, otorga a las energías continuas ser despachadas primeramente, esto es, las más contaminantes, caras y producidas por CFE.

Asimismo menciona que si se requiere, y se puede despachar, se autorizará la instalación de nuevos proyectos de generación eléctrica. Esta determinación crea obstáculos para nuevos permisos de generación de proyectos renovables y limita aquellos que ya se encuentran en operación. Definitivamente representa un retroceso para nuestro país hacia un desarrollo sustentable, ya que la energía que se produce con combustóleo favorece la emisión de contaminantes en la atmosfera durante el proceso. En definitiva el Presidente de la República no ha sabido desarrollar un plan de trabajo de acuerdo a las épocas actuales. Ya no estamos en los años 70s donde al parecer su calendario se detuvo. Hoy otros países voltean a ver a México como un ente gobernado desde el autoritarismo, en base a caprichos, malas decisiones y culpando a todos por su mala administración y pésima planeación. En verdad no se sabe si el Presidente tiene asesores sobre temas tan trascendentales como el de energía, o bien, no les hace caso más que a aquellos que le dicen lo que quiere escuchar, como su Secretaria de Energía. En nuestro país se cuenta con destacados profesionistas en temas energéticos, las tendencias hacia modelos de eficiencia llevaron a las Universidades a contar con carreras específicas en estos sectores de las cuales egresaron excelentes profesionistas, más aún, muchos que se han preparado en institutos educativos en otros países y que tienen la finalidad de impulsar este sector en nuestro país, son muchos hombres y mujeres con un profundo amor por México y que cuentan con la experiencia y el conocimiento necesarios en la industria energética. Que lamentable que con el pretexto de acabar con la corrupción que solamente el Presidente ve, se limite el desarrollo de México. Los costos de este retroceso serán cuantiosos, y como ya es costumbre en esta administración federal, seremos los ciudadanos de a pie quienes paguemos los platos rotos.

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