Francisco Treviño Aguirre

La transformación en las cadenas de suministro globales y la reciente tendencia hacia el nearshoring representan un cambio estratégico que tiene el potencial de redefinir la economía de México en los próximos años. Al acercar la producción a mercados de consumo estratégicos como Estados Unidos, el nearshoring ofrece a las empresas mexicanas la oportunidad de establecerse como proveedores confiables y clave en la región. En este sentido, es importante señalar las perspectivas y beneficios de esta tendencia para la manufactura en México, ilustrando cómo las empresas mexicanas pueden capitalizar la creciente demanda de fabricación y servicios cercanos al mercado estadounidense.

México tiene una ventaja geopolítica única debido a su proximidad a Estados Unidos, el mayor mercado de consumo en el mundo. Derivado de lo anterior, esta cercanía no solo reduce los costos logísticos, sino que también ayuda a minimizar los tiempos de entrega. En un contexto de incertidumbre global, donde los desafíos como la pandemia y las tensiones comerciales han expuesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro extendidas, la capacidad de reducir estos tiempos es vital. Nuestro país cuenta con una infraestructura logística que incluye carreteras, puertos y conexiones ferroviarias de calidad, permitiendo que las empresas optimicen sus tiempos de envío. Además, somos socios del T-MEC, lo cual facilita el libre comercio en la región y proporciona un entorno más estable para la inversión extranjera. Esto se traduce en menores costos arancelarios y menos riesgos regulatorios, factores que atraen a compañías de muchos sectores productivos.

En virtud de lo anteriormente expuesto, se destacan varios sectores de manufactura en los que México está bien posicionado para beneficiarse del nearshoring, siendo los más destacados el automotriz, el electrónico, el aeroespacial y el de dispositivos médicos. Cada uno de estos sectores tiene una infraestructura sólida en el país y una base de talento especializado que ha sido desarrollada a lo largo de las últimas décadas. México es el séptimo mayor productor de automóviles en el mundo y cuenta con plantas de fabricantes globales como General Motors, BMW, Audi, Toyota, Ford y Volkswagen, entre otras. A medida que estas empresas buscan reducir su dependencia de proveedores lejanos, México se convierte en un aliado estratégico al poder proveer componentes críticos de manera rápida y a bajo costo. Como se menciona en el video, muchas automotrices están evaluando opciones para reducir la complejidad en sus cadenas de suministro, y México es una opción que cumple con los requisitos de proximidad, costos competitivos y acceso al mercado norteamericano.

In Otro ejemplo importante del sector manufacturero es el de la industria electrónica. Empresas como Samsung y LG ya cuentan con plantas de producción en México, lo que demuestra la capacidad del país para fabricar productos tecnológicos de alta demanda. Con el aumento de la demanda de semiconductores y otros componentes electrónicos, México podría atraer aún más inversiones en este sector y convertirse en un centro de producción electrónica en América Latina, asegurando un suministro estable para el mercado estadounidense.

Los sectores aeroespacial y de dispositivos médicos, también son impulsados por la alta demanda de productos especializados, donde han encontrado en México un lugar adecuado para establecer centros de producción. La alta calidad y la experiencia técnica que requieren estos productos convierten al país en un socio estratégico para empresas globales que buscan cumplir con estándares estrictos de producción y entrega. México cuenta con un marco regulatorio favorable que facilita las exportaciones a Estados Unidos y a otros mercados, lo cual genera confianza en los inversores y aumenta su interés en el nearshoring.

Con todo este impulso a la inversión, uno de los desafíos existentes es la necesidad de que México invierta en la capacitación y desarrollo de talento. Para poder competir efectivamente en estos sectores y atraer inversiones, México debe ofrecer una fuerza laboral con habilidades técnicas avanzadas en áreas como la ingeniería, la tecnología y la automatización. La capacitación y retención de talento local es clave para el éxito del nearshoring, pues la competencia por una mano de obra capacitada será intensa en la próxima década. Además, la integración de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y la automatización es vital para que las empresas mexicanas puedan ofrecer procesos de manufactura competitivos. Las industrias automotriz y electrónica, por ejemplo, se están beneficiando de la adopción de robots y sistemas de monitoreo digital que aumentan la eficiencia y reducen el margen de error. Este enfoque tecnológico permite a México no solo competir en precio, sino también en calidad, un aspecto mencionado como crucial para captar proyectos de inversión global.

Otro punto importante que destacar es el de la sostenibilidad para las empresas que buscan relocalizar su producción en América del Norte. La demanda de prácticas sostenibles está en aumento, y México tiene la oportunidad de posicionarse como un destino manufacturero responsable y comprometido con el medio ambiente. Varias regiones del país, como Coahuila y Baja California, ya están avanzando en proyectos de energía renovable que pueden proporcionar energía limpia y económica a las empresas que operan en México. El enfoque en la sostenibilidad no solo atrae a inversionistas extranjeros, sino que también posiciona a las empresas mexicanas en un segmento de mercado con alto potencial de crecimiento. Los consumidores y empresas globales exigen productos que respeten el medio ambiente, y México puede convertirse en un líder en producción sustentable en sectores clave como la manufactura automotriz y de dispositivos electrónicos.

Hoy por hoy, el nearshoring en México es una tendencia que no solo es viable, sino que tiene un potencial transformador para la economía del país. A medida que las empresas globales busquen socios confiables y cercanos a Estados Unidos, México puede emerger como el principal centro de manufactura en América Latina. Sin embargo, el país debe adoptar un enfoque proactivo, tanto en términos de infraestructura como de políticas gubernamentales, para consolidar esta posición. Para las empresas mexicanas, es crucial adaptarse rápidamente a los estándares internacionales de calidad, sostenibilidad e innovación. Invertir en tecnología, formar alianzas estratégicas con empresas extranjeras y participar en programas de capacitación son pasos necesarios para aprovechar las oportunidades del nearshoring. Además, el gobierno debe trabajar en mejorar la seguridad y reducir la burocracia que dificulta la operación de empresas extranjeras, pues estos factores son esenciales para crear un entorno de inversión atractivo.

X: @pactrevinoag