Salvador Hernández Vélez

La historia familiar de don Juan Marsal es un trabajo de historia oral, contada por mi tío Juan Marsal Cuevas, primo hermano de mi papá Jesús Hernández Cuevas, y por Conrado Charles. Rescatar las historias familiares, es una manera de repensar, reflexionar y rescatar los contextos y las circunstancias que forjaron a una determinada familia, para explicarnos los rumbos y los destinos de los descendientes. Don Juan Marsal nació en Francia en la frontera con España, le tocó participar en la Primera Guerra Mundial, los países europeos quedaron diezmados. Sus habitantes enfrentaron condiciones de vida muy problemáticas y dolorosas, en momentos sobrehumanos. Muchos sobrevivientes de esta guerra solo tuvieron como única opción: emigrar en busca de una nueva alternativa de vida, fue el caso de don Juan.

Frente a esas inhumanas condiciones, don Juan, que ya había estado en América del Sur, decide ir a rehacer su vida a México. Después de estar en varios lugares de su segunda tierra, llega a los Llanos de Durango. Las circunstancias le permiten comprar unas tierras para desarrollar un rancho de ovejas. En ese entorno conoce a mi tía abuela Refugio Cuevas Núñez, hermana de mi abuela paterna Eloísa, contrae matrimonio con ella.

Mi papá nos contó que él, de niño vivió con el matrimonio, en el rancho Santa Teresa, para hacerle compañía a su tía. Estuvo unos pocos años, tal vez se regresó a vivir con sus papás cuando mis tíos abuelos tuvieron su primer hijo. Esta relación con mi tío abuelo, marcó sin duda la vida de mi papá. Quiso mucho a su tío. Nos compartió varias experiencias de vida de mi tío. Cuando lo hacía, su expresión era de orgullo y de agradecimiento por lo que le aprendió a su tío, el francés. Nos platicó que en una ocasión en el pueblo de San Ángel, en el manantial que hay en ese lugar, al estar llenando sus cantimploras de agua y darle de tomar agua a su caballo, un señor lo enfrentó, ofendiéndolo, intentó amagarlo con su rifle, él respondió, desarmándolo, pues estaba entrenado en el ejército francés, luego que lo sometió, le entregó el rifle en partes, sin balas, nunca más ese señor lo volvió a insultar.

En otro de los recuerdos de mi papá, nos dijo que estando su tío en la cantina del pueblo cercano a Santa Teresa, en compañía de amigos, un parroquiano los insultó, acusándolos de extranjeros explotadores. Mi tío, con toda la calma del mundo le preguntó: ¿a quién exploto?, si sólo tengo un trabajador para que me ayude en el rancho y a los perros que cuidan las ovejas. Pero lo volvió a acusar, diciéndole que había llegado a esa parte, con dinero para comprar su rancho. Mi tío le contestó que antes de llegar a México, a esas tierras, en su pueblo natal en Francia, por las condiciones después de la guerra, tenía que trabajar dos turnos y apenas le alcanzaba para mal comer, en cambio cuando llegó a los Llanos de Durango, con medio turno que trabajaba, le daba para bien comer y sin embargo él, siguió trabajando dos turnos, lo que le permitió ahorrar para comprar sus tierras. Y agregó: sigo trabajando dos turnos y tú solo trabajas medio turno, así no podrás nunca contar con ahorros para comprar tus tierritas. Eso retrata en cierta forma quién era don Juan Marsal.

Mi papá nos llevaba, seguido a visitar a mi tío. Me impresionaba cómo cocinaba el pan al estilo como lo horneaba su familia en Francia. Construyó entre la cocina y el comedor, el horno para cocinar el pan, cuando empezaba a cocinar no nos permitía salir, para que no se le echara a perder la cocción. También comía poco. Sin duda sus costumbres eran diferentes que las de nosotros.

A mis tíos abuelos les sobrevivieron cuatro hijos: Juan Marsal Cuevas, y sus hermanos Carlos, Felipe y mi queridísima tía Nena. De los hermanos de mi papá, mi tío Francisco, que es el único que estudió una carrera profesional, la de médico cirujano y partero, también vivió con don Juan Marsal cuando radicaban en Durango. Mis abuelos paternos, don Enrique y doña Eloísa fueron muy cercanos a los Marsal.

Esta pequeña historia de don Juan Marsal permitirá que las futuras generaciones de los Marsal Cuevas y de todos los familiares por la vía de los Cuevas, conserven por muchas generaciones esta historia de vida. Esta narración también quedará en memoria de mi hermano Martín, que en paz descanse.

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