Salvador Hernández Vélez

Viesca es la comunidad más antigua de La Laguna de Coahuila. En tiempos pasados fue un oasis, cuando la laguna de Viesca recibía agua del río Aguanaval, de los manantiales fluían las aguas y sus acequias irrigaban los huertos y las parcelas de las casas, había árboles frutales, ajos, cebollas, chiles y tomates, entre otros productos. Hoy no hay nada de eso. Cuando vas llegando a Viesca y volteas hacia los alrededores sólo contemplas tierras áridas, con algunas plantas del desierto. Es difícil imaginar que hubo manantiales, e inclusive, de aguas termales, en estas tierras totalmente secas, arenosas y salobres.

En donde ahora está el jardín etnobiológico de la UAdeC, en Viesca, estuvo el edificio de la escuela secundaria, pero la tierra se empezó a abrir, por la sequedad, tuvieron que hacer nuevos edificios, a la entrada del pueblo. La construcción de las presas en el estado de Zacatecas, cortó de raíz la afluencia del agua por el río Aguanaval hacia La Laguna de Viesca, hoy es un vaso seco. El flujo de los manantiales disminuyó hasta desaparecer en 1958-59, los acuíferos habían dejado de recargarse. Recuerdo que la última vez que recibió agua esa laguna fue en 1973.

El impacto que recibió el municipio fue de graves consecuencias. El ferrocarril que pasaba por el pueblo hacia Saltillo, dejó de circular. La fábrica de sal cerró su producción y para acabarla de amolar los habitantes del hoy Pueblo Mágico, no fueron beneficiados con derechos de agua del río Nazas. Viesca se quedó sin oportunidades de desarrollo. Pero la esperanza no ha muerto, la búsqueda de nuevas alternativas ha sido constante.

En el año 2012 el municipio se incorporó al programa “Pueblos Mágicos”, lo que abrió una nueva esperanza a través del turismo, ya que cuenta con atractivos como las Dunas de Bilbao, la ex hacienda de Santa Ana de Hornos y sus tradiciones que han perdurado a través de generaciones, al igual que las danzas típicas y las festividades religiosas. En este contexto, la UAdeC en el año 2019, aprovechó una convocatoria nacional del CONAHCYT para establecer un Centro de Investigación y Jardín Etnobiológico (CIJE) en Viesca.

Así nació el CIJE, cuya primera etapa la inició la UAdeC con el apoyo del CONAHCYT y la donación de los terrenos por parte del Ayuntamiento de Viesca, hace tres años y medio. En este tiempo se ha ido constituyendo en un espacio para la investigación y la conservación de la flora y fauna del semidesierto, para resguardar y desarrollar el conocimiento medicinal de las plantas. Este jardín semidesértico actualmente cuenta con 106 especies, 86 clases de cactáceas y con 9 mil 600 plantas establecidas. Casi todas ellas originarias de esta región. Se ha construido con apoyos institucionales de los tres niveles de gobierno y con colaboración de ejidos y ejidatarios, de empresas y empresarios y de ciudadanos y con el trabajo de estudiantes que pertenecen a las lobas y lobos al rescate de la UAdeC.

El jardín ha recibido donaciones de material vegetativo, bancas, luminarias, salas de exhibición, esculturas, una olla de vaciado. Por ejemplo, los durmientes de ferrocarril los donó el Grupo México, la trituración de las ramas de las podas de los mezquites la hizo Peñoles, la olla de vaciado AHMSA. Las salas de exposición mostrarán las principales actividades productivas tradicionales del municipio. Se cuenta con una réplica de un horno de adobe para elaborar cal de piedra y con las pailas para obtener la cera de candelilla.

Es cierto, Viesca avanzó con la denominación de Pueblo Mágico con el respaldo del gobierno del estado, pero aún falta por hacer. Así que haciendo honor al lema de Viesca que está en su escudo de armas “Resurgiremos siempre”, en el área que ocupaba la fábrica de Sulfatos de Viesca, hay que soñar, con un museo.

En la inauguración de los nuevos espacios del CIJE se contó con la presencia del gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís; el alcalde Hilario Escobedo; la senadora Verónica Martínez; y Alfredo Salazar, del CONAHCYT; así como el alcalde de Lerdo, Homero MartínezRafael Sánchez, del Grupo Modelo; Antonio Baca, de Peñoles; Carlos Castillo, de Daimler Truck; el cónsul honorario de la República Checa, Radko Tichavsky; y Ricardo Treviño, comercializador de la candelilla, entre otras personas que han sido solidarias con este proyecto en beneficio de Viesca.

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