Salvador Hernández Vélez

Coahuila es una de las entidades federativas del País donde menos llueve. Su precipitación media anual es de 325 milímetros. Tiene 151 mil 563 km². Es el tercer estado más extenso (Chihuahua y Sonora, son los más espaciosos). La mitad de su territorio (49 por ciento) presenta clima seco y semiseco, el 46 por ciento tiene clima muy seco y el 5 por ciento restante registra clima templado subhúmedo. Coahuila es un estado de tonalidades, producto de su gran diversidad de flora y fauna en su mayoría desértica. También destaca la presencia de diversos ecosistemas representativos del norte del País. En suma, Coahuila es un estado dominantemente desértico.

Además lo desértico se refleja en los escasos cuerpos de agua naturales que se encuentran en el estado, la mayoría de temporal, esto influye en la recarga de las fuentes subterráneas. Sus suelos en diferentes regiones del estado exhiben, por lo general, una capa superficial de color claro por el poco contenido de materia orgánica. En la carretera Saltillo-Torreón hay grandes extensiones hacía el este, cercanas a la caseta de La Cuchilla, que son ejemplo de ello.

Otros suelos del estado, localizados en zonas muy áridas, en ocasiones presentan capas de cal, yeso y sales en la superficie o en alguna parte del subsuelo; la capa superficial es aún más pobre en nutrientes y generalmente más clara. Su uso agrícola está condicionado a la disponibilidad del agua, aunque también se puede dar aprovechamiento a las especies no maderables. Los suelos más abundantes en el estado están relacionados principalmente a los matorrales desérticos micrófilo y rosetófilo, mientras que los menos abundantes están ligados a otros tipos de flora, como lo es la vegetación de desiertos arenosos.

La orografía de Coahuila también en su mayoría es desértica. Ahí tenemos las Sierras Transversales que se ubican al sur del estado. Comprende parte de los municipios de Saltillo, Parras de la Fuente, Viesca, Matamoros, San Pedro de las Colonias, Torreón y General Cepeda. También es parte del estado, el Bolsón de Mapimí. Se ubica al oeste del estado, en los municipios de Sierra Mojada, Ocampo, Torreón, Francisco I. Madero, San Pedro de las Colonias, Matamoros y Viesca. Es una zona de llanuras aluviales y terrenos con montículos de arena acumulada por el viento. Es una cuenca cerrada en la que apenas fluye algún arroyo, formado, sobre todo en periodos de lluvias.

En la Laguna de Mayrán, donde desembocaba el río Nazas, en los municipios de San Pedro de las Colonias y Parras de la Fuente, el clima es muy árido semicálido, con lluvias de verano, muy extremos y con canícula, mientras que para Viesca y Ramos Arizpe las lluvias son escasas todo el año, con mayor abundancia en verano, y es muy extremoso (INEGI 2011a). Estas condiciones son igual para Laguna de Viesca, donde vaciaba el río Aguanaval.

La geología también tiene influencia en la distribución de los distintos tipos de vegetación, pues según la altitud y el suelo, que a su vez tienen un origen geológico, en las partes altas de algunas sierras se desarrollan bosques de coníferas y en las laderas matorrales submontanos, mientras que en los valles y llanuras prosperan diversos pastizales, vegetación halófila y matorrales desértico micrófilo y rosetófilo, propios del desierto chihuahuense.

Coahuila cuenta con pocas escorrentías que generen ríos o arroyos permanentes. Esto se debe a los patrones climáticos y a los escasos manantiales que cuentan con un gasto suficiente para mantener un caudal perenne. Sin embargo, en todo el territorio hay una gran cantidad de arroyos que de manera intermitente conducen los escurrimientos, de la parte alta a la parte baja, de las diferentes cuencas que conforman el estado (Semarnat 2013).

Los bosques de mezquite son muy importantes por el papel que representan en los ecosistemas de las zonas áridas, debido a que tiene múltiples usos. Por ejemplo, su madera es utilizada como combustible y para la construcción de cercas, sus vainas como forraje y como alimento para el ser humano. Sin duda nuestro desierto, a pesar de que aparentemente no puede aportar nada, cuenta con una gran potencialidad. Ahí está el ejemplo de la radiación solar que ahora se está transformando en energía eléctrica. Los coahuilenses debemos aprovechar este gran desierto, que se nos ofrece en todo su esplendor, para impulsar el desarrollo de Coahuila en la tercera década del Siglo 21.

 

@SalvadorHV
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