Salvador Hernández Vélez

Annie Ernaux (Lillebonne, 1940), escritora francesa, catedrática y profesora de Letras Modernas, pasó su infancia y juventud en Yvetot, en Normandía. Después de publicar tres novelas de autoficción entre 1974 y 1981, cambió de forma tajante, hacia el relato autobiográfico. A partir de ese momento tomó el camino para escudriñar historias de su propia vida, haciéndolo de frente. La primera obra literaria que emprende sin sutilezas es “El Lugar” (1984), con la que ganó el Premio Renaudot. Desde los 40 años, en que inició esa cruzada, la ha mantenido. Y en este 2022, luego de 42 años, por sus libros publicados, donde nos narra su vida, se gana el Premio Nobel de Literatura.

“El Lugar” (Tusquets Editores, 2020), es una novela de corte autobiográfico, en ella da cuenta de lo difícil de su vida familiar en los años de su juventud. Nos narra los problemas que tuvieron que enfrentar sus padres para ganarse un ascenso en su posición social. Como la vida de muchas familias aquí en México, los padres de Annie emigraron de un área rural a la ciudad, donde su papá se contrata de obrero y, con el paso del tiempo, logra hacerse propietario de una tienda-bar, en un barrio pobre.

El progreso económico-social de sus padres le posibilita ir a la universidad, lograr una carrera profesional y mejorar su vida. En 1967, logra aprobar el examen y ser admitida como profesora de secundaria en un liceo de Lyon. Esto sin duda contribuye al ascenso social de su familia, lo que en principio es motivo de orgullo para su padre, pero después aparecen los recelos. Sin embargo, el papá muere dos meses después y ya no es testigo del camino triunfante de Annie. La novela es a la vez, la vida de su familia y de la sociedad francesa conservadora de ese tiempo, con sus marcadas diferencias sociales. La novela rememora la vida familiar, y nos deja un testimonio de la transformación de su familia.

En su novela “Pura Pasión” (Tusquets Editores, 2019), escrita en 1991, nos narra su lazo apasionado con un hombre, que le agrada a más no poder, es extranjero y casado. Su obsesión la lleva a sólo pensar en él, y siempre está a la espera de que le llame, para reencontrarse y hacer el amor. Cuando él se va, siempre de súbito, ansía la próxima llamada, para volver a encariñarse. Su vida sólo tiene sentido, si se da la próxima cita. La espera de la siguiente llamada telefónica es siempre una zozobra. Es consciente de su locura, sabe que su amante la dejará de la noche a la mañana, y retornará a su terruño. Pero eso no le preocupa, en lo más mínimo. Ella lo que quiere es disfrutar al máximo cada encuentro. Nunca duda en enfrentar los riesgos de su apasionada locura.

La escritora, en tan sólo ochenta páginas, nos comparte una novela donde con gran ardor e ímpetu, detalla la pasión de cada encuentro con su amante, del que se siente apasionadamente atraída. Ella sostiene en su pequeña novela: “no quiero explicar mi pasión, sino sencillamente exponerla”. Sin juicios morales, lo que justifica todo, es la pasión. Es el testimonio franco, sin rodeos, de un ser humano que se asume sin más en su entrega y en su gozo. Sólo obedece al eros, no a la razón.

Ernaux después escribió, en el año 2000, “El Acontecimiento” (Tusquets Editores, 2019). En esta novela autobiográfica da cuenta de su aborto. En 1963, cuando estudiaba filología en la Universidad en Rouen, se da cuenta que está embarazada, y tiene claro que no quiere tener al niño. Era la Francia de los sesenta, el aborto estaba prohibido. Era un pecado y a la vez un crimen. En esas circunstancias, sola, toma su decisión, evitar el parto de una criatura no deseada. Su único resquicio, un aborto clandestino en contra del sistema de salud. Annie crudamente y directa nos participa sus momentos de angustia. El desasosiego, la pesadumbre, la congoja y el cómo enfrentaba su vida diaria.

Su drama se da en una sociedad muy católica que censura el aborto, y por otra parte, donde se considera ilegal. Por ello cuestiona de manera radical, sin discursos y adjetivos, un sistema político y social, agregando el de la salud, que abandona a su suerte a las mujeres. El que la embaraza, no le merece comentario alguno. Su irresponsabilidad y falta de solidaridad lo desaparecen del mapa. En el texto no hay juicios morales sólo una historia real, que va a lo más íntimo de la persona, así es el estilo de Annie Ernaux.

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