Salvador Hernández Vélez

El lunes pasado se celebró el Día Mundial del Folclore, instituido por la Organización para la Educación y la Cultura. De acuerdo con la RAE, folclore es el conjunto de costumbres, creencias, artesanías, canciones y otras cosas semejantes de carácter tradicional y popular. Son tradiciones y saberes transmitidos de generación en generación por un pueblo. Haciendo honor a esta tradición popular, el Ballet Folclórico de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), participará por primera vez en una competencia internacional, en el décimo octavo festival (FIDAF) campeonato mundial de folclore 2022. Este ballet universitario, nace en el año 1982, dos personas lo han dirigido, la maestra Carmela Valdés de la Peña, y el maestro Miguel Ángel Salazar Valdés, actual director. Cuenta con 32 elementos, está certificado como miembro del Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folclore y de las Artes Tradicionales (CIOFF).

El campeonato mundial de folclore se celebrará del 7 al 11 de septiembre de este año, en Nova Prata, Río Grande, en Brasil. Los grupos seleccionados con los que competirá el ballet folclórico de la UAdeC son de España, Grecia, Letonia, Martinica, Perú, Polonia y Tailandia. El repertorio que presentará nuestro ballet se compondrá de polkas del sureste de Coahuila, danza azteca, huapangos de Hidalgo, sones de Jalisco y calabaceados de Baja California.

La delegación universitaria que representará a México y a la UAdeC en el Festival Internacional FIDAF Brasil 2022, está conformada por 30 integrantes entre bailarines, músicos y director general. Los bailarines son estudiantes y egresados de las escuelas y facultades de Ciencias de la Administración, Ciencias Químicas, Sistemas, Ingeniería, Artes Plásticas, Ateneo Fuente y de Ciencia, Educación y Humanidades.

Por otra parte, el 15 de mayo pasado en Viesca, Coahuila, dentro del folclore mexicano se celebraron las Festividades de San Isidro Labrador, patrono de los agricultores del mundo. Para celebrarlo, en Viesca se baila la danza de plumas que es una representación de tradiciones, mezcladas de religiosidad popular. Esta danza simboliza la lucha entre los conquistadores españoles y nuestros antepasados indígenas. Un capitán, portador de la vara, representa al conquistador Hernán Cortés, y el otro capitán, el de la palma, representa al monarca azteca. La danza la integran varios danzantes, formados en dos filas. La indumentaria de los danzantes es diferente de los de la danza de matachines, consiste en: huaraches de cuatro agujeros, delantal bordado de lomillo, guaje pintado de rojo, palma adornada con plumas de guajolote (por ello danza de plumas), pañoleta estampada, sobre la espalda corona de varas de granado, con paliacate rojo.

Otra danza que se practica en Viesca es la Danza de Caballitos. Esta danza es una representación de la guerra que libraron los cristianos contra los musulmanes (moros). En esta lucha, los cristianos tenían como guía y protector al apóstol Santiago. Viesca en su fundación llevó el nombre de Santiago del Álamo. Su parroquia conserva el nombre de Santiago Apóstol, en su honor se hace la representación popular-religiosa de la Danza de Caballitos. Se fabrica un armazón o huacal de varas flexibles de árboles de mimbre, sauce o granado (antes se hacían de varas de San Juan), que se amarran con tiras de trapo para darle la forma del cuerpo de un caballo, el grupo de los cristianos se cubre con tela de diversos colores, y de tela color negro, los moros; se le pegan al huacal unos tirantes cruzados, para que el danzante lo mantenga sostenido, para que sus pies se noten como si fueran de un “caballito”; se le pone su colita del pelo de la cola de caballo; su cabecita se hace de madera, con sus crines, con su rienda de lazo, y tiene flexibilidad la cabecita para moverla hacia arriba y hacia abajo.

Un bando representa a los guerreros cristianos, el otro bando representa a los moros (musulmanes o mahometanos) y los danzantes portan en su mano derecha un sable corto y curvo parecido a la espada, usado por los árabes. Por no haber un testimonio documental, se desconoce a ciencia cierta de dónde proviene esta danza, algunas personas dicen que llegó del vecino estado de Zacatecas, al igual que las pastorelas.

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