Salvador Hernández Velez
El año pasado escuché, aquí en Saltillo, a una persona decir que no creía que la tierra era redonda. Si todavía hay quienes piensan así, es lógico que existan personas que consideren que no hay que impulsar el estudio y la conservación de la biodiversidad, así como las potencialidades del semidesierto. Tal vez consideran que los recursos que nos da el planeta tierra, son inagotables. Por ejemplo, en la Región Laguna, de Coahuila y Durango, he escuchado muchas veces decir, “vencimos al desierto”. Y me pregunto: ¿vencimos las tolvaneras?, ¿ya encontramos una forma de evitar que el polvo fino del desierto se introduzca a nuestras casas?, porque ese polvo, viene de que cada día contamos con más áreas de tierra seca. Tierra del semidesierto. Tierra que dejó de mojarse porque ya no llegan las aguas de los ríos Nazas y Aguanaval.
Viesca se fundó en 1731, dentro de 9 años cumplirá 300 años. Los que escribieron sobre la región, nos hablan de las lagunas que se formaban con las avenidas de los ríos Nazas y Aguanaval. ¡Había lagunas! Ya antes, en 1718, se había establecido la Misión del Álamo, también llamada Misión de San Antonio de Valero, construyéndose el Presidio de San Antonio de Béjar, por misioneros españoles, que dio origen a la actual ciudad de San Antonio, Texas. En ese tiempo no se había constituido EU Las trece colonias británicas que lo fundaron, emitieron su declaración el 4 de julio de 1776, no estaba incluido Texas, era territorio mexicano.
Los misioneros españoles y portugueses fundaron Saltillo y Parras a finales de siglo 16. Ciudades que tienen más de 400 años. Si nos ubicamos hoy, trescientos años atrás, antes de la fundación de Viesca, podemos decir que las lagunas de Mayrán y Viesca contaban con agua. Incluso me hace pensar que los españoles en sus incursiones para establecer asentamientos en el siglo 17, después de haber fundado Saltillo, en 1574, en el traslado de Parras a Viesca, cuando llegaron a lo que hoy es el ejido 4 de Marzo, paraje conocido como La Peña, no pudieron pasar por donde hoy está construida la carretera que atraviesa esa área, hoy seca. Seguramente, tuvieron que hacer un gran rodeo, transitando por las laderas de las serranías que colindan con el gran embalse que existió.
La última vez que llegó una buena cantidad de agua a la laguna de Viesca, fue a principios de la década de los 70, del siglo 20. Y fue porque el huracán que llegó hasta la cuenca alta del Aguanaval, llenó y desbordó las presas que se construyeron a lo largo de su cauce. Esa avenida inundó el ejido Bilbao, donde están las famosas Dunas, y desbordo y trozó la carretera ya para llegar a Viesca. Esta laguna donde vaciaba sus aguas broncas el río Aguanaval, abarcaba una superficie desde Viesca, hasta donde termina la sierra de Parras y llega hasta terrenos de Parras que colindan con Viesca.
Hoy, esas lagunas están secas, en consecuencia, creció el área desértica de la Laguna. No hemos vencido el desierto. La laguna de Mayrán se extiende casi desde San Pedro, hasta la altura del ejido San Rafael, unos 25 kilómetros antes de llegar a Paila, yendo de Torreón a Saltillo. Y también colindaba con la sierra Cuates de Australia, y las serranías que colindan delante de la Cuchilla. Por eso la carretera libre Torreón-Saltillo se construyó pegada a la sierra para evitar las inundaciones, ya en el Siglo 20, en el tramo de la Cuchilla al cerro Bola. El tramo de regreso, de San Rafael a la caseta de la Cuchilla, está construido sobre el área de lo que fue la laguna de Mayrán, donde desembocaba el Nazas.
Las condiciones geográficas de la Laguna son difíciles, sin duda, pero remitámonos a donde se dio el principio de la aventura civilizatoria. Según Ikram Antaki, fue en Mesopotamia, en tierras desérticas entre dos ríos. Ellos no vencieron el desierto, enfrentaron esas condiciones e iniciaron la agricultura, la domesticación de los animales, las construcciones con material duro, los principios del Estado, de la ley, de la religión, de la escritura, del alfabeto, de la literatura, de los monoteísmos. El arado y la ganadería fueron inventados ahí donde la tierra tuvo que ser forzada. Y eso es lo que, en cierta medida, se tiene que hacer donde la geografía es difícil, impulsar el desarrollo en condiciones desérticas, y así ha sido en la Laguna.
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