Salvador Hernández Vélez
El Centro de Investigación y Jardín Etnobiológico (CIJE) “Dr. Gregorio Martínez Valdés” de la Universidad Autónoma de Coahuila, está siendo construido con la colaboración de un gran número de personas, de Viesca, de la propia Universidad, entre ellos, los Lobos al Rescate y de la sociedad en general. Será un espacio de divulgación y aprendizaje sobre la flora y fauna del semidesierto, y promoverá el rescate de las prácticas productivas de los productores rurales.
En 1957 se fundó la Universidad de Coahuila. Dicha fundación coincidió en tiempo con la etapa final de un oasis, porque Viesca era un lugar con manantiales. En ese año se empezaron a agotar los manantiales por la sobreexplotación del acuífero, se perforaron muchos pozos de agua, y se construyeron presas sobre el cauce del río Aguanaval, propiciando el rompimiento del equilibrio ecológico y Viesca se transformó en un lugar más desértico.
Han sido seis décadas en donde el progreso y el bienestar se frenaron para Viesca. A Viesca la dejaron sin derechos de agua del Nazas, porque tenía mucha agua, que brotaba de los manantiales. En 1957, año en que se fundó la UAdeC, empezó la sequía en Viesca, Torreón apenas estaba cumpliendo 50 años, se encontraba en pleno desarrollo. Hoy Torreón es una gran ciudad y Viesca sigue luchando por su sobrevivencia, en medio de un ambiente hostil.
Un jardín de esta naturaleza será único, un espacio en el que los visitantes aprenderán de los ecosistemas del desierto, de su flora, fauna, tradiciones e historia, a la vez que se desarrollará investigación científica para un mejor aprovechamiento de los recursos del desierto. Así la Universidad desarrollará el amor por la espina. Al desierto no se le vence, se aprende a convivir con él.
El CIJE, es un espacio en el que la Universidad impulsará una agenda de investigación, para aprovechar los recursos del semidesierto. El CIJE, ha sido posible por el apoyo de personas e instituciones, que conjuntaron esfuerzos y donativos para materializar esta primera etapa: el Gobierno del Estado, el Gobierno Municipal de Viesca donó los terrenos, el Conacyt que aportó los recursos iniciales; la Semarnat, Conaza, Conafor, Profepa y la Secretaría del Medio Ambiente del Estado, han contribuido con un gran aporte normativo; el Museo del Desierto, el Ayuntamiento de Lerdo, el Ejército Mexicano y sobre todo, el Ejido Tomás Garrido Canabal, por la donación del material vegetativo, el Grupo Peñoles por la trituración de las ramas producto de las podas y por las plantas que nos han proporcionado de sus viveros; el Grupo México por la donación de mil durmientes; al IMTIC y otras empresas por la donación de equipos e insumos.
Las instituciones de educación superior, la UJED, el CIQA, la Narro, Chapingo, la Universidad Politécnica de San Pedro, así como las escuelas y facultades de Torreón y Saltillo de la UAdeC, los propios funcionarios de la Universidad, han estado presentes con su apoyo. El CIGA realizó los estudios para encontrar agua; mi familia Hernández Vélez donó una réplica de un horno de cal, de adobe, en los que se hacía cal de piedra para la construcción, el siglo pasado. Mi sobrino-nieto Mateo, cooperó con su domingo; los Lobos al Rescate realizaron muchas jornadas de trabajo en el Jardín. En esta primera etapa se han trasplantando un total de 6 mil 500 plantas, lo que permitirá admirar de cerca nuestra naturaleza regional. El paisaje del desierto no tiene un verde esplendoroso, sus colores son verdes secos y grisáceos, sus plantas son espinosas, ejemplo de sobrevivencia en condiciones desoladas y de estrés.
El Centro de Investigación y Jardín Etnobiológico, llevará el nombre del doctor Gregorio Martínez Valdés, mejor conocido como “Goyito”, fue uno de los mejores científicos, divulgador del conocimiento agrícola del país. Salió de Viesca y se doctoró en la Universidad de Wisconsin. Y el aula de usos múltiples del Jardín, llevará el nombre de la profesora María Ignacia Martínez de Loza, la cual a través de la docencia promovió la formación de muchos jóvenes de Viesca
Se que es muy complicado dar marcha atrás al proceso que convirtió el oasis que era Viesca en un páramo, pero de lo que sí estoy seguro, es que hoy con la primera etapa del Jardín, la UAdeC, contribuirá de otra forma a lograr la meta de devolver a Viesca parte de la riqueza natural perdida.
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