Salvador Hernández Vélez

 

En la Universidad Autónoma de Coahuila las Facultades de Psicología y de Comunicación de Saltillo, en colaboración con la Secretaría de Salud del Gobierno del estado, organizaron unas charlas sobre “Sexo libre: jornada por una sexualidad segura y placentera”. Las cifras que se dieron sobre los embarazos en adolescentes son muy preocupantes. En mi intervención les compartí que una amiga ginecóloga me platicó que en una jornada ella atiende más de 12 partos. Pero que lo más preocupante es que las tres cuartas partes son de mujeres entre 14 y 25 años. Pero todavía más alarmante es que ha atendido mujeres menores de 25 años y ya con cuatro partos; y el padre, siempre ausente. En estas circunstancias el uso del condón tal vez puede ser una solución para no embarazarse, pero ¿hasta dónde las parejas asumen la responsabilidad de un hijo?, ¿o los chavos le dejan la responsabilidad sólo a la joven?

¿O será que en esta época neoliberal la relación sexual de los jóvenes está sometida a una mera emoción de consumo? Y que el único uso de la sexualidad que se practica es al final de cuentas una excitación pornográfica, como una especie de exposición mercantil, pues sólo son impulsos desinhibidos, sometidos en última instancia al consumo, como una simple mercancía. Lo que prevalece es el ¡Úsese, y tírese! La cultura de consumo sólo estimula el deseo y la imaginación.

El régimen neoliberal aparenta una libertad del individuo, pero en el fondo su estructura es esclavizadora. La sociedad que nos toca vivir en este Siglo 21 privilegia el rendimiento, como sostiene el filósofo Byung-Chul Han, está dominada en su totalidad por el verbo modal “poder”, en contraposición a la sociedad de la disciplina que formula prohibiciones y utiliza el verbo “deber”. Hoy eso está desapareciendo y, como decía mi abuela, se pierde cada vez más la decencia y los buenos modales. A través de los medios digitales hacemos garras al prójimo, por otro lado intentamos acercar al otro, destruir la distancia para establecer la cercanía tanto como sea posible, pero hemos fracasado. Pues no lo logramos sólo con dar like.

Hoy el amor se convierte en última instancia en una fórmula sólo de disfrute. De ahí que engendre ante todo sentimientos agradables. No es una acción, ni una narración, ni ningún drama, sino sólo emociones y excitaciones sin corresponsabilidad. En esta sociedad del rendimiento, dominada por el poder, en donde todo es posible, todo es iniciativa, no hay acceso al amor como herida y pasión. Es como el esclavo que se agarra a la mera vida y trabaja sin la posibilidad de la experiencia erótica, del deseo erótico.

Remitámonos a las reflexiones de Byung-Chul Han. El sujeto de su propia explotación (como sucede en esta época globalizadora e hiperindividualista) está privado de libertad en idéntico grado que el sujeto de la explotación ajena. No entiende que el amor es una conclusión absoluta porque presupone la muerte, la renuncia a sí mismo. La “verdadera esencia del amor” consiste en “renunciar a la conciencia de sí mismo, en olvidarse de sí en otra mismidad”. Hemos perdido la capacidad de cerrar, de concluir.

El filósofo Han sostiene que el neoliberalismo lleva a cabo una despolitización de la sociedad, y en ello desempeña una función importante, esto es, la sustitución del Eros por sexualidad y pornografía. Dicho de otra manera, el amor se profana para convertirse sólo en sexo, a diferencia del amor en donde “se interrumpe la perspectiva del uno y hace surgir el mundo desde el punto de vista del otro”.

Las estadísticas 2018 del Inegi apuntan en el sentido de que el amor se ha sustituido por la sexualidad. Coahuila tuvo la tasa de embarazos más alta entre jóvenes de 10 a 17 años: 25.5 por cada mil mujeres en ese rango de edad. De enero a agosto del 2018, la Secretaría de Salud registró 52 casos notificados como Seropositivos a VIH. Por otra parte, la tasa de suicido para 2017 fue de 108 y en el 2018 se elevó drásticamente a 179. Las causas son muy diversas, pero no se debe dejar de lado que una de las causas sea violencia sexual, embarazos no planeados o la infección por VIH. Por eso es importante contar con una política del amor y de la sexualidad, que a la vez que constituya una fuente de energía para la participación ciudadana nos lleve a otra forma de vida, a la construcción de una sociedad completamente diferente.

@SalvadorHV

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