Salvador Hernández Vélez

El libro de Ashlee Vance, “Elon Musk. El creador de Tesla, PayPal y SpaceX que anticipa el futuro”, nos presenta una mirada a la vida de uno de los atrevidos más exitosos del Siglo 21. La vida de Musk en cierto sentido es una locura. Walter Isaacson, periodista y escritor, en la biografía que escribe sobre Steve Jobs nos dice: “Este es un homenaje a los locos. A los inadaptados. A los rebeldes. A los alborotadores. A las fichas redondas en los huecos cuadrados. A los que ven las cosas de forma diferente. A ellos no les gustan las reglas, y no sienten ningún respeto por el statu quo. Puedes citarlos, discrepar de ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Casi lo único que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian las cosas. Son los que hacen avanzar al género humano. Y aunque algunos los vean como a locos, nosotros vemos su genio. Porque las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo... son quienes lo cambian”. Musk es de esos.

Hablando de locura, Giorgio Colli, en su libro “El Nacimiento de la Filosofía” sostiene que: “Los bienes más grandes llegan a nosotros a través de la locura…”. En suma, que la locura es la fuente de la sabiduría. El autor Ashlee Vance dice que la determinación es una cualidad que Musk tiene en la mayor estima. Que cuando se apasiona con algo, lo hace con mayor fuerza que los demás. Elon cree que tal vez haya heredado de su abuelo su inusual tolerancia al riesgo. Desde muy pequeño parecía tener siempre un libro entre las manos. “No era nada raro que leyera 10 horas diarias –dice Kimbal–. Los fines de semana podía leer dos libros al día”. Para Elon no existe la palabra “no”. “Elon es así: triunfar o morir, pero jamás rendirse”.

En el texto, Vance, nos comparte también que Musk es programador autodidacta. Se creía bastante bueno en todo lo que tenía que ver con la codificación y se asignaba objetivos más ambiciosos. Bruce Leak, un empresario que contrató a Musk, quedó maravillado en su capacidad para trabajar durante toda la noche: “Tenía una energía sin límites –recuerda Leak–. Hoy, la gente joven no tiene la menor idea sobre hardware o sobre cómo funcionan las cosas, pero Musk había sido un friki de la informática y no tenía miedo de probar cosas por su cuenta”.

Musk siempre está dispuesto a asumir unos riesgos personales inauditos. Se marca plazos demencialmente ambiciosos para lograr todos sus objetivos. Su estrategia se caracteriza por meterse en un negocio extremadamente complejo sin dejar que el hecho de ignorar casi todo sobre sus entresijos le provoque la menor preocupación. Además dice que aprendió la lección: que tomarse “unas vacaciones te matan”.

Cuando estaba en el proceso de fundar Tesla (compañía estadounidense que diseña, fabrica y vende coches eléctricos), se le recordó que, para fundar una empresa automovilística en Estados Unidos, el último intento con éxito fue la creación de Chrysler en 1925. Pero él siguió con su propósito. Y Tesla seguiría los pasos de todas las empresas emergentes en Silicón Valley: contrataría a un grupo de jóvenes ingenieros con ansias de triunfar y resolvería los problemas a medida que se fueran presentando. Antes había hecho crecer SpaceX –empresa estadounidense de transporte aeroespacial fundada en 2002 por Elon Musk, quien es co-fundador de PayPal, y fundador de Tesla Motors, SolarCity, Hyperloop–, en entornos similares.

A Elon cuanto peor se le ponen las cosas, más crece. La gente que ha pasado bastante tiempo con él da fe de su capacidad para absorber información en cantidades increíbles y recordarla casi a la perfección. Al igual que Steve Jobs, es capaz de pensar en cosas que los consumidores ni siquiera sabían que deseaban. Es bastante rico. Pero cuando puso en marcha SpaceX, hace más de diez años, tenía un capital mucho menor. Antes era mochilero.

Habla que el sistema educativo no es el adecuado. Cualquiera debería tener una formación amplia en ciencias e ingeniería. Y poseer alguna formación en cuestiones de liderazgo y algunos conocimientos en administración de empresas, o al menos saber cómo gestionar y organizar las cosas y conseguir fondos. Cree que la mayoría de la gente no es capaz de hacerlo, y eso supone un gran problema. Los ingenieros suelen estar formados en un área muy específica. A Musk se le considera el empresario más excéntrico y audaz de su generación.

@SalvadorHV

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