Salvador Hernández Vélez

El sábado pasado (25 de agosto de 2018), con un grupo de universitarios de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), en su mayoría jóvenes y amigos de otras instituciones, entre ellas Profauna del estado, Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento y Aguas de Saltillo, recorrimos un trecho del arroyo de Ceballos: 5 kilómetros en dos horas 14 minutos. Del Bosque Urbano al cruce con el bulevar José Muza. Este arroyo atraviesa Saltillo, empieza a una altura de mil 540 metros sobre el nivel medio del mar.

Inicia en la sierra Zapalinamé, desde la colonia Lomas de Lourdes, va –podemos decir– “paralelo” al Periférico Luis Echeverría en el sur oriente de Saltillo, pasa atrás del centro Metropolitano y del Mercado de Abastos, continua por un lado de plaza Patio, antes Sendero, luego baja a lo largo de la calle Tezcatlipoca, pasa a un lado del Castillito y más al norte, de la Universidad del Valle de México (UVM), y sigue por un lado del Club Campestre, cruza la carretera Saltillo-Monterrey, donde está construido el puente “Los Cárdenas” a la entrada a los Valdéz, pasa por un lado de la empresa Deacero de Ramos Arizpe, Coahuila. Tiene una extensión de 18.7 kilómetros (kms). Las primeras colonias que toca el arroyo de Ceballos son Lomas Verdes y Miguel Hidalgo.

Saltillo es una ciudad que la surcan 21 arroyos, según datos del Inegi, son los siguientes con sus distancias en kms: El Charquito (7.36), San Lorenzo (7.61), Ceballos (18.7), Del Pueblo (19), El Ojito (2.35), de la Navarreña (5.1), Federico Berrueto (2.64), Lomas Verdes (2.88), Lomas de Lourdes (2.39), Nueva Imagen (3), Valle de las Aves (3.7), Loma Linda (7.86), Lomas del Bosque (2.51), Zaragoza 4 Sector (5.4), Los Nogales II (3.3), La Tórtola (3.1), Mirasierra (2.11), Lomas de Zapalinamé (1.23), Lomas de Zapalinamé II (2.51), La Amistad (3.13), Lomas Verdes II (0.88) y Lomas del Refugio (0.73). Dan un total de 107 kilómetros de arroyos. Sin duda una gran biodiversidad en las arterias de la ciudad capital.

El arroyo del Pueblo es de mayor extensión que el de Ceballos. Toca la ciudad de Saltillo, desde el surponiente por la colonia Tanquecito al extremo sur de la calle Pedro Ampudia, pasa cerca y a lo largo de la vía del ferrocarril, al lado del Hospital Universitario y más al norponiente por la colonia Pueblo Insurgente y continúa paralelamente, pero relativamente cercano al bulevar Vito Alessio Robles hacia el complejo automotriz de GM, y converge a la altura de carretera “Los Pinos” con el arroyo de Cevallos. Cuenta con una presa Tlaxcalteca, patrimonio histórico en peligro.

El arroyo de la Navarreña empieza en la sierra de Zapalinamé a la altura de la colonia Vista Hermosa, de forma cruzada atraviesa colonias como Fundadores y Morelos, baja por un lado del motel Corona en bulevar Fundadores, pasa al lado del panteón Dolores en el bulevar Jesús Valdés Sánchez y continúa hacia el norte, rodea el Club Campestre por su lado oriente y el fraccionamiento Country Club y continúa hacia la ciudad de Ramos.

Saltillo cuenta pues, con maravillosos paseos naturales (arroyos), lo más sorprendente es que sus habitantes no se imaginan lo que guardan a lo largo de ellos. Los árboles son enormes, en algunos lugares forman unos sorprendentes túneles que se forman con las ramas de su hermosa vegetación. El flujo del pequeño caudal de agua, que mantiene viva su flora y sus pájaros, se manifiesta imperturbable al ruido citadino, sólo alterado por las descargas clandestinas e ilegales de aguas negras de viviendas que hay a los márgenes del arroyo. En algunos puntos forma pequeñas represas y también pequeñas cascadas. La conformación rocosa, de almendrillas, es digna de admiración.

También pudimos observar la inmensa cantidad de basura que los habitantes de la ciudad echan a los arroyos, perjudicando su cauce natural y constituyéndose un peligro en momentos de avenidas caudalosas del agua. Recorrimos el tramo que fue forrado con cemento, en una gran parte ya está de nuevo invadido por arena, tierra y grava. El espacio donde sólo se ha limpiado el arroyo, y que permite la conservación del mismo y la infiltración correspondiente, luce único. Sin duda el camino de conservación y cuidado de los arroyos es la ruta a seguir a la par con una campaña de concientización, de cuidar y no ensuciar los arroyos.

 

@SalvadorHV
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