Sonia Villareal

Yo no lo sabía, pero el otro día leí un artículo que dice que la mayoría de las personas gastamos  el 70% de nuestro tiempo recordando momentos pasados, o creando una vida perfecta dentro de nuestra imaginación, y solamente el 30% del tiempo restante lo dedicamos a vivir plenamente el momento presente.

No es malo recordar momentos que nos hicieron felices o infelices, como tampoco lo es visualizar situaciones ideales para nosotros, el problema es que se nos hace costumbre y acabamos menospreciando el presente por recordar el pasado o por soñar una vida que no nos pertenece.

No sé ustedes, pero yo tengo amigas y amigos que se pasan el tiempo imaginando que serán felices cuando logren tener el dinero suficiente para algo; parejas recién casadas que dicen se sentirán completas cuando logren tener hijos; profesionistas que desean un ascenso y piensan que solo al tenerlo se sentirán realizadas.

Es bueno tener objetivos que sabemos que al lograrlos nos harán sentir bien; pero caemos en el error de pensar equivocadamente que nuestra felicidad solo depende de lograr estos objetivos, en lugar de pensar que la felicidad debería ser parte de nuestro camino diario, sin tener que esperar nada.

Un día vamos a morir esperando sin haber disfrutado. No saboreamos los momentos, somos una sociedad agitada, corriendo de un lado para otro justificando el exceso de trabajo, de compromisos, de responsabilidades, y no nos detenemos a pensar que estamos dejando pasar la vida sin disfrutarla.

Siempre estamos estresados, de mal humor y enojados porque las cosas no salen como las imaginamos, a veces nisiquiera pasan las cosas, no sabemos como saldrán, y ya estamos enojados.

Vivir el presente es aprender a reconocer nuestras emociones y sentimientos, siendo capaces de evitar que la tristeza de los recuerdos o la ansiedad por el futuro nos invadan. También implica afrontar con la mejor actitud todo lo que nos sucede, disfrutar cada situación, conectar con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea.

El presente es un momento que encierra situaciones de paz, aprendizaje, alegría y bienestar, hay que recordar que no podemos controlar todo lo que nos pasa, tenemos que aprender a ser tolerantes con lo que es incierto; hay que soltar las cargas del pasado, tanto los momentos que nos hicieron felices, como aquello que nos causó dolor; también sería bueno poner en práctica la meditación, si eres creyente puedes orar, pero si no, los ejercicios de meditación te ayudan a tener paz. 

La vida es lo que nos pasa y no lo que quisiéramos que nos pasara, por eso hay que disfrutar cada momento, cada uno es único e irrepetible, las cosas no son felices por sí mismas, hay que ponerle felicidad a todo lo que hacemos y lo que tenemos. La idea es muy simple: disfruta cada momento, no hagas tanto cuento. Y tú…¿qué opinas?