Sonia Villareal

Quizá, al igual que a mí, a ti te sorprendió la noticia de la renuncia de Germán Martínez Cázares, Director General del IMSS, y no por la renuncia en sí, sino por la forma en que ésta se da. Porque lejos de argumentar “motivos personales” realizó una exposición de motivos de 11 cuartillas que a muchos nos dejó boquiabiertos.

Como todos sabemos, los recursos del IMSS provienen de tres fuentes: Gobierno, empresarios y el propio trabajador, por eso, para el exdirector, que el gobierno quiera controlar recursos que no le pertenecen de manera irracional y sin apego a las normas, resulta inconcebible. Él no culpa al Presidente, sino a funcionarios de la Secretaría Hacienda (como si se mandaran solos). 

Según su explicación, que refleja un gran diagnóstico, además de la incomprensible e injustificada disminución en el presupuesto, los funcionarios de Hacienda intentan una remodelación cosmética para colocar a sus funcionarios en los Estados, y anular a los Delegados que el Consejo Técnico aprobó. Pero mientras tanto, muchos trabajadores carecen de certeza laboral, otros no tienen contrato; las vacantes aumentan; y paralelo a ello se presentan otras circunstancias adversas: el rezago en infraestructura es brutal, hay 0% de avance de obras; 0% el pago a proveedores; los contratos y convenios de servicios se rezagan; las compras de equipamiento están paradas; las reclamaciones y litigios aumentan; los pasillos de espera están llenos de personas adoloridas sufriendo mal trato o retraso en la atención, y aunque el abasto de medicamentos dice estar garantizado, en realidad es precario e insuficiente. 

Hacienda congeló más de 794 millones de pesos del presupuesto asignado a 26 institutos, hospitales y centros de alta especialidad. Además, ordenó reducir un 30% los gastos operativos respecto a los montos aprobados y 50% los relativos a servicios personales.

Ahorrar, y controlar en exceso el gasto en salud, es inhumano. 

Según la carta (que por cierto nadie ha salido a desmentir) el IMSS tiene menos recursos que el último año del gobierno anterior, porque deben más de mil millones de pesos, del llamado “componente de salud”. Pero no solo el exdirector del IMSS manifiesta esta situación, directores de institutos y hospitales nacionales de salud pública, solicitaron a diputados del Congreso de la Unión hablar con el Presidente para manifestar el perjuicio ocasionado por el recorte de 2,300 millones a la salud, y médicos del hospital infantil “Federico Gómez” hicieron público que el recorte obligará a reducir en 50% las intervenciones quirúrgicas,incluyendo trasplantes y otros procedimiento médicos a niños enfermos, sin considerar que la falta de recursos también los obliga a practicar tratamientos a menores sin anestesia.

La austeridad de AMLO ha sido incoherente, desalineada y muy dañina, recorta presupuesto a los hospitales, pero otorga, por lo pronto, 350 millones de pesos al béisbol y 110 mil millones de pesos para los Ninis.

Y lo malo es que Andrés Manuel, aunque reconoció que el servicio en el sistema de Salud es muy malo, no asume su responsabilidad y como siempre culpa a pasadas administraciones para luego negar que existan problemas en el abasto de medicamentos o falta de personal. 

Pero la realidad está ahí, a la vista de todos, lo dice el exdirector, médicos, pacientes y familiares de los pacientes: Hay miles de niños que padecen cáncer y esperan su tratamiento, miles de personas que viven a la espera insulina, poblaciones de la diversidad sexual que reclaman antirretrovirales, y millones de enfermos que sufren en las clínicas y hospitales. 

Estamos mal y de malas en el tema de salud, ya sé que en muchos cosas, y hubiéramos esperado muchas más, más locuras, más incongruencias de Andrés Manuel,  pero cuando hablamos de vidas, esto se vuelve inconcebible. Es injusto que la población viva desprotegida, alejada de este derecho consagrado en la constitución mientras el gobierno busca votos y la forma de perpetuar en el poder y tú... ¿qué opinas?