Arcelia Ayup Silveti

¿Cuántas veces llevamos a cuestas mandatos que otros nos marcan? Pueden provenir de nuestra familia de origen o la propia, amigos, maestros, o quizá, hasta desconocidos. Los cargamos como oro en paño, pensando que así es porque no tenemos la experiencia suficiente para discernir y conocer esa línea entre nuestro ser y los demás. Si hemos trabajado en nuestro interior, es probable que detectemos en poco tiempo si alguien nos quiere imponer una etiqueta sobre nuestro actuar. O es posible que pasen años sin que sepamos que determinada conducta obedece a comentarios que otras persona nos hicieron.

Cada caso es diferente, podemos pasar años sin saber que llevamos dichos mandatos tatuados o sin conocer quién nos legó estos preceptos y lo que es peor, quizá ni recuerde que nos lo heredó. Son cadenas invisibles a las que nos atamos ya sea de manera conciente o inconsciente. ¿Y qué hacer una vez que los detectamos? Podemos seguir con ellos, o simplemente tirarlos a la basura. Trabajar en ser mejores personas, en cuidarnos a nosotros mismos y en saber descifrar. Tengo la fime convicción que el autocuidado es fundamental para poder apoyar a otros. 

No se trata de ser narcisistas, sino de cubrir nuestras propias necesidades, de tener una vida sana en el terreno emocional, de salud y espiritual. Alguna vez leí que la Madre Teresa de Calcuta tomaba sus precauciones antes de atender a quienes padecían enfermedades contagiosas y que comía antes de alimentar a los residentes de polígonos vulnerables de países en desarrollo. 

Recientemente me compartieron la canción “Necesito amarme”, escrita por Mario Domm y Alejandra Guzmán, interpretada por ésta última. He descubierto que esta rockera tiene interesantes letras. La que comento, dice: “Necesito amarme / Son muchas heridas / las que tengo que cerrar.[…] Grito que soy fuerte / Cuando todo está tan mal / […]Necesito amarme / Para amar a los demás, / Necesito amarme y dejarme de engañar /Necesito estar conmigo / Escuchar mi corazón / Liberarme necesito, sé que puedo. […]”  La desición es solo nuestra, creo que todos podemos. 

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