Arcelia Ayup Silveti

Confieso ser muy cauta en temas de compras por Internet, desconozco cuáles páginas son confiables o qué elementos de seguridad conocer para adquirir algún artefacto en línea. 

Mi gran osadía en el tema es haber adquirido boletos para el cine con la aplicación y asesoría previa de mi hija Jimena. 

Quisiera olvidar que hace años creí hacer la compra del siglo y fui víctima de una estafa. Puedo navegar en opciones de compras, pero al final, pido ayuda de algún experto en el tema.

Recientemente Paco, mi amigo y estilista me contó de una súper compra que hizo por Internet. Yesus, su novio-socio y mi amigo manicurista, necesitaba un esterilizador de instrumentos y Paco descubrió una ganga por Facebook. 

Le pareció atractiva la oferta, cumplía con lo que necesitaban y no pudo resistirse ante el precio, era súper barato, así que lo compró de inmediato, sin contarle a su compañero para darle una sorpresa.

Su paquete llegó en tiempo y forma. Le llamó la atención el pequeño tamaño y ligereza de la caja. Paco me contó que le pidió a su amado que él mismo lo abriera. 

Entre papeles salió un simpático cuadro de plástico blanco, con una puerta simulada en color verde, botones rosas, pequeños orificios laterales y un enchufe.

Paco estaba feliz. Yesus tenía cara de duda. Paco hablaba maravillas de su compra. Yesus le preguntó que para qué querría un micro horno de niña. Paco se desilusionó. Ambos rieron. Y yo también me reí a carcajadas mientras me contaron la historia. 

Paco lavaba mi cabello y el agua combinada con el tinte fue observada por un testigo: un simpático cuadro de plástico blanco, con una puerta simulada en color verde, botones rosas, pequeños orificios laterales y un enchufe.

Suelo reírme mucho con mis amigos en su Spa. Esa tarde no fue la excepción. 

Me despedí contenta de ellos, me mandaron un tanto más jovial y sin vestigios de canas. 

Cuando bajé las escaleras, tomé el pasamanos y a la vez una doble convicción: dejar en esas cuatro manos mi mantenimiento de belleza y no apoyarme de Paco para mis compras cibernéticas.