Arcelia Ayup Silveti

No recuerdo haber visto el inicio de un año bajo la lluvia en Torreón. Desconozco si haya algún antecedente, pero me generó una agradable sensación que nos recibiera con agua lagunera gratuita. Según el Diccionario de la Lengua Española, la palabra lluvia es abundancia o muchedumbre y también es la acción de llover.

Esa mañana fui a la casa de mi mamá en Matamoros, Coahuila. Durante el trayecto me acompañó la música del agua tanto de ida como de regreso, así que apagué el estéreo de mi auto para que el agua cumpliera con su protagonismo. Ella nos envuelve con nuestros sentidos, la observamos cómo se diaspora en los cristales de los autos, en banquetas y carreteras. Nos endulza el oído con miles de gotas que explotan al unísono. Nos regala un particular aroma que desprende con su contacto con la tierra y plantas, en especial, con el de la gobernadora. Si nos moja, produce una sensación única.

Tiene varios significados, en la literatura por ejemplo, simboliza bucólicas imágenes de fertilidad o anuncios de muerte. En la poesía de Álvaro Mutis, la lluvia tiene un par de significados destacados. Por un lado, se convierte en metáfora recurrente de lo inevitable y de los elementos naturales. También, separa el tiempo y la convierte en elemento fundamental de su poesía.

En la religión católica, la lluvia es una de las bendiciones por la obediencia citadas en Deuteronomio 28. Simboliza la abundancia y prosperidad que Dios da a su pueblo. En el versículo 12, dice: “Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.”

En la concepción maya, es el producto del trabajo divino de dioses y diosas que unen esfuerzos para compartir el vital líquido que nutre la tierra y montañas. Cuentan con diesiseis dioses asociados a las diferentes formas de lluvias,además de quince diosas o vírgenes que colaboran en esta mágica encomienda. Ahora sí que está escrito en el firmamento: el 2020 será un bendecido, fértil y próspero año.