Iván Garza García

Mientras que el tan llevado y traído (nunca mejor aplicada la expresión) avión presidencial vuelve al terruño y acapara la escena política nacional, nubes negras se posan sin recato sobre el cuatritransformado cielo azteca.

El tan vilipendiado TP01 “José María Morelos” ha vuelto después de una larguísima estancia en el “gabacho” y el principal inquilino del Palacio Nacional amablemente ha solicitado al respetable que no se hable de otra cosa mas que de la “faraónica” aeronave; sin embargo, pese al regocijo popular que genera el arribo del Boeing 787 al suelo patrio, nuevos datos sobre la pobreza en México enturbian el panorama.

Conforme al más reciente análisis del CONEVAL (organismo al que, por cierto, el Presidente López Obrador ha amenazado con desaparecer), el 55.9 por ciento de la población del país llegó a la pobreza laboral; dicho de otra forma, ahora mismo casi 70 millones de mexicanos no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades alimentarias a través de la adquisición de una canasta básica, cuyo costo se calcula según los requerimientos en el área rural o urbana. Lo anterior resulta altamente alarmante si comparamos los datos con el primer trimestre del presente año; entonces, se registraron 45.2 millones de personas en la mencionada situación. Haga usted misma las cuentas, amable y única lectora.

Es importante aclarar que el referido indicador tiene como base la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI (ENOE), pero como esta no ha podido llevarse a cabo en forma presencial, se optó por hacer el levantamiento telefónicamente, lo cual, si bien representa un cambio en la metodología, ofrece una clara muestra de la situación económica actual y el terrible impacto en el ingreso familiar. 

Las aterradoras cifras sobre la pobreza en México nos llevan irremediablemente a una serie de conclusiones; me permitiré mencionar tres de ellas.

Primero. Aunque la pandemia que nos azota es la gran causa de la debacle económica, el debilitamiento en el país se venía registrando mucho antes de la aparición del virus de moda. Recordemos que, según expertos en la materia, desde la primera mitad del año pasado, México entro en lo que llaman recesión técnica al ligar tres trimestres consecutivos de contracciones; además, durante todo el 2019 apenas se crearon 342 mil nuevos empleos, es decir, casi 49 por ciento menos que el año anterior.

Segundo. Los programas sociales  de la actual administración federal no han cumplido a cabalidad los propósitos para los cuales fueron planteados y puestos en marcha, por lo que su rediseño se antoja impostergable frente a la nueva realidad. Al respecto, tan solo cuatro de los principales programas para abatir la pobreza en México recibieron en 2020 un presupuesto para su ejecución superior a los 206 mil millones de pesos, lo cual representó un aumento de casi el 20 por ciento con relación al 2019; esto, sin contar que el gasto en desarrollo social proyectado para este año es de 2.7 billones de pesos (sí mamá, billones). “En el PEF 2020 se da prioridad al gasto orientado a los programas sociales que permiten reducir las desigualdades económicas, sociales y regionales …”, afirmó en septiembre pasado el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Tercero. Es en estos momento cundo cobra mayor relevancia el grito desesperado de empresarios y comerciantes mexicanos, quienes – al inicio de la pandemia – pidieron al gobierno de la República un paquete de estímulos fiscales y apoyos directos, con la única finalidad de proteger las fuentes de empleo y así continuar pagando a sus trabajadores. Ante la solicitud, el empresariado mexicano fue tildado de neoliberal y otros calificativos similares; ahora, según datos del IMSS, casi 10 mil empresas han tenido que cerrar sus puertas, con la consecuente pérdida de valiosos puestos de trabajo formales, sin contar con el la grave reducción de espacios en el sector informal.

Aquí en confianza, los contagios por COVID – 19 no cesan y las muertes, ahora atribuidas a las aguas negras del capitalismo con presentación de refrescos embotellados y a los siempre conservadores chocorroles, siguen engrosando la dolorosa estadística; por si fuera poco - hoy por hoy - 25 millones de personas se suman a la lista de los que se encuentran en situación vulnerable. Pero que no cunda el pánico, el mandatario nacional anunció que la rifa del avión presidencial (sin avión presidencial) se realizará conforme lo planeado; además, ya hay dos posibles compradores para el mentado armatoste  y respecto a la pobreza en México, seguramente mañana tendremos otros datos. Ahí se los dejo para la reflexión.