Iván Garza García

El pasado domingo, alrededor de 6 mil personas (los organizadores dicen que fueron más) se reunieron en el emblemático Ángel de la Independencia (que por cierto, no es un ángel) para marchar hasta el Zócalo capitalino, en protesta por la cancelación de la obra del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Al grito de “Texcoco, Texcoco”, los manifestantes – ataviados en su mayoría con prendas de color negro – exigieron al próximo gobierno federal la no realización de consultas “a modo”. Ni tardos ni perezosos, las huestes morenistas echaron la carne al asador y, mostrando al respetable que ni los fines de semana descansan, se encargaron de desacreditar – vía redes sociales -  a los participantes de la movilización. Con el hashtag #MarchaFifí,  los seguidores del mandatario electo se convirtieron en trending topic nacional; “Texcoco aguanta, Polanco se levanta”, era una de las frases que podía leerse en los cientos de memes confeccionados con el objetivo de hacer burla sobre la referida manifestación y su causa.  Y, aunque por un momento los mexicanos estuvimos atentos al recorrido que realizaron los defensores del proyecto aeroportuario, la presión social le hizo a AMLO “lo que el viento a Juárez” y – en respuesta – el próximo presidente anunció que se vienen nuevas consultas ciudadanas. Así de claro y así de sencillo: ¿no te gustó el sondeo de opinión?, ¡pues habrá más!

Tras reunirse con los gobernadores de Yucatán, Tabasco, Chiapas, Campeche y Quintana Roo, el señor López ofreció una conferencia de prensa en la que informó que los días 24 y 25 de noviembre se llevará a cabo una consulta similar a la que se efectuó en días pasados, pero esta vez para conocer la opinión de la gente respecto a la implementación de diez programas sociales, además de someter a la consideración de los mexicanos la construcción de tres obras: el Tren Maya; la refinería en Tabasco y la reconfiguración del Istmo de Tehuantepec. Para tal efecto, el gobierno que habrá de asumir funciones (oficiales) el primer día del mes de diciembre, le apostó al mismo mecanismo mediante el cual se desarrollo la tan llevada y traída consulta del AICM. Las mil setenta y tres mesas receptoras de votos se ubicarán en los mismos sitios en los que antes fueron colocadas y, de nueva cuenta, la Fundación Arturo Rosenblueth será la encargada del conteo y emisión de los resultados, toda vez que el líder moral de Morena “les tiene mucha confianza”; así lo declaró él mismo, al tiempo que insistió que se repetirá el proceso en iguales circunstancias, porque en el primer ejercicio “no hubo irregularidades”.

El próximo inquilino de Palacio Nacional aprovechó cámaras y micrófonos para aclarar que la nueva consulta tiene - al menos - dos diferencias respecto a la anterior. Por un lado,  el tabasqueño fue enfático al decir que, en ésta ocasión, defenderá sus proyectos “independientemente de lo que diga la gente”; es decir, pese a la opinión manifestada en las urnas, las obras y los programas sociales de marras formarán parte de sus acciones de gobierno. Además, reveló que los costos del próximo sondeo serán cubiertos por los senadores de Morena. Al respecto, surge la pregunta: ¿ya estará enterado Ricardo Monreal sobre este compromiso de pago? Porque, no debemos olvidar que el más reciente rifirrafe entre el presidente electo y el líder del partido dominante en el senado, motivado por la iniciativa que presentó este último para eliminar los cobros de comisiones bancarias, le costó a la banca más de 85 mil millones de pesos y generó el desplome de la Bolsa Mexicana de Valores en 5.81 por ciento, lo que significó la caída en el mercado accionario más grave en los últimos siete años. Por lo pronto, la mencionada iniciativa ya se fue a la congeladora legislativa; sin embargo, todo parece indicar que Monreal no quitará el dedo del renglón. 

Aquí en confianza, si el próximo jefe del Estado Mexicano ya se encuentra afinando los últimos detalles para el arranque de la construcción del ferrocarril que habrá de recorrer las principales zonas arqueológicas del sureste mexicano (desde Calakmul hasta Palenque), lo que se confirma con la reunión que sostuvo con los mandatarios de las entidades por donde pasará el mentado tren, ¿cuál es la razón para someter tal obra a una consulta popular? Es pregunta.